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Actualizado: 16 de noviembre de 2025
Todo forma en esta admirable creación un conjunto armónico de encanto irresistible. Cada palabra es una pincelada, cada oración una imagen, cada página un cuadro brillante que no se borra jamás de la imaginación. ¡Qué vena, de fácil inspiración corre por toda ella! ¡Qué frescura y sobriedad en las descripciones! ¡Que naturalidad en la dicción! ¡Cuán lejos nos hallamos del énfasis moderno!
Entró D. Baldomero de la calle cuando ya se iban a sentar a la mesa, y dijo con la mayor naturalidad del mundo que le había caído la lotería. Oyó Barbarita la noticia con calma, casi con tristeza, pues el capricho de la suerte loca no le hacía mucha gracia.
Los ojos de Amalia se mostraban en tanto fríos, indiferentes; pero en sus labios había imperceptibles estremecimientos que revelaban el gozo cruel que sentía. En la tertulia reinó, mientras se efectuaba esta escena, un significativo silencio. Luego que Josefina hubo salido, la señora de Quiñones explicó a sus tertulios con naturalidad aquella mudanza.
Fernando sonrió, algo asombrado de la naturalidad con que don José hacía esta declaración. ¡Qué cinismo tranquilo!... Y quiso acompañar su risa tocándole en el pecho con un dedo, pero se detuvo al ver su gesto de sorpresa. Se equivoca usted, señor Ojeda. Yo soy un indigno pecador en muchas cosas... menos en ésa. Tengo mis defectos, como todos los hombres, pero lo que usted cree... ¡nunca!
Mejor es la prosa, especialmente la de los pasos, que, por la gracia y naturalidad del diálogo, puede rivalizar con la de su modelo, muy superior á él en vis cómica. Timoneda dió á alguna de estas pequeñas farsas el nombre de entremés, que distinguió más tarde á las parecidas á ellas.
Cuando oyó su voz en la cocina, le dio un vuelco el corazón, se puso a temblar como un azogado y se le borraron por completo las palabras que tenía preparadas. ¿Cómo está usted, conde? dijo ella con gran naturalidad al entrar, tendiéndole una mano. Bien, ¿y tú? Levantó la cabeza como sorprendida de oírse tutear y respondió mirándole fijamente: Perfectamente. ¿Y la niña? Algo mejor.
Y a pesar de su odio contra la civilización europea y a pesar de su vida y hábitos de gaucho, se allanaba y se resignaba, con naturalidad y sin esfuerzo, a aparecer, en la vida y trato de las ciudades, como un caballero atildado, pulcro y bien vestido, ya de frac, ya de levita, a la última moda, con botas de charol, y por las noches con corbata blanca y guantes amarillos o lilas.
Paco narraba el lance con naturalidad, paseando de un cabo de la sala, la cabeza baja y las manos metidas en los bolsillos del pantalón. Las jóvenes tertulianas se creyeron en el caso de ruborizarse. Todos reían menos Granate, que aún tenía en el corazón la broma del día pasado.
Vive siempre a sus anchas, siguiendo su inspiración, que suele ser acertada y fina. He aquí lo que da al español, aunque su educación se haya descuidado, esa naturalidad fina, esa elegante franqueza que hace tan agradable su trato. María salió de casa de la condesa tan pálida e impasible como en ella había entrado.
La seguridad, la lozanía, la naturalidad y la verdad, con que sabe imprimir su especial colorido en los más interesantes de sus comedias, es sólo una muestra de su vasta capacidad para distribuir entre ellos el color, para arreglarlos y agruparlos, de suerte que formen realmente el centro del conjunto.
Palabra del Dia
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