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Actualizado: 4 de julio de 2025


Hizo en el acto, y como introducción a su particular negocio, la pregunta a don Santiago, y le respondió éste, alegrándose en el alma de que se distrajera por allí el otro tiroteo: ¡Ah!, el Condesito, como yo le llamo..., porque aunque el conde es su tío, mucho más merece serlo él, hasta por la estampa: ¡guapo mozo!

Las cadenas en que Tomasuelo gemía y gozaba á la vez de verse cautivo, estaban suavizadas para el mozo, y en cierto modo justificadas para el público, con notable habilidad y profundo instinto.

Bueno; si V. se empeña... Y dirigiéndose al mozo con voz ronca de mando: Con azucarillo y gotas, ¿entiendes? A una copa de ron. Tráete además los cigarros, para que escojamos. Se habían sentado uno frente a otro. El cadete, siempre galante, había obligado a Miguel a sentarse en el diván, mientras él se había acomodado en una silla.

Un mozo muy útil, ¿no es cierto?... Estos gringos de la Alemania sirven bien, saben muchas cosas y cuestan poco. Luego, ¡tan disciplinados! ¡tan humilditos!... Yo siento decírtelo, porque eres gabacho; pero os habéis echado malos enemigos. Son gente dura de pelar. Desnoyers contestaba con un gesto de indiferencia.

Nuestro locomotor prosiguió su marcha, y al cabo de un cuarto de hora de camino á través de las calles de esta Babilonia europea, el guia nos anunció que allí estaba el hotel indicado por el caballero español que nos habia recibido en el ferro-carril. Dejamos el ómnibus, y un mozo comenzó á subir el equipaje.

Yo, señor, dixo él, soy mozo, soy rico, y soy enamorado: partes que deshacen en la flogedad que infunde la poesia: por la mocedad tengo brio; con la riqueza con que mostrarle: y con el amor con que no parecer descuidado. Las tres partes del camino, le dixe yo, se tiene vm. andadas para llegar á ser buen poeta. Pan. Quales son? Mig. La de la riqueza y la del amor.

Avendaño, que oyó esto, dijo: No se fatigue, señor huésped: déme el libro de la cuenta; que los días que hubiere de estar aquí, yo la tendré tan buena en dar la cebada y paja que pidieren, que no eche menos al mozo que dice que se le ha ido. En verdad que os lo agradezca, mancebo respondió el huésped , porque yo no puedo atender a esto; que tengo otras muchas cosas a que acudir fuera de casa.

Apenas hay muchacha que se deje acompañar de uno de su igual. El mozo ha de traer por lo menos corbata y hongo, y ha de fumar con boquilla... aunque no tenga plato en que comer. Ninguna se oculta ya para ir al obscurecer acompañada de algún señorito, y a la vuelta de las romerías da grima verlas venir colgadas del brazo de ellos cantando al alta la lleva... ¡Pobrecillas!

Desde entonces, la majestuosa viuda empezó á pensar en lo urgente que era librarse de este aspirante á la dignidad de yerno suyo. La gallardía física del buen mozo, su aventura militar, que tanto entusiasmaba á las jóvenes, y sus destrezas de danzarín, eran para la señora Haynes otros tantos títulos de incapacidad.

Ya tropezaba con un mozo encargado de servicio, ya su capa se llevaba la toquilla de una cursi; aquí se le interponía el brazo del vendedor de Correspondencias que alargaba ejemplares a los parroquianos, y allá le hacían barricada dos individuos gordos que salían o cuatro flacos que entraban.

Palabra del Dia

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