Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 9 de junio de 2025


Traía un alfanje morisco pendiente de un ancho tahalí de verde y oro, y los borceguíes eran de la labor del tahalí; las espuelas no eran doradas, sino dadas con un barniz verde, tan tersas y bruñidas que, por hacer labor con todo el vestido, parecían mejor que si fuera de oro puro.

Agora bien: a Dios y a la ventura, como decirse suele, acetemos el convite que nos hace este buen viejo, que con su casa nos convida. Y era así verdad, que un anciano morisco, casi por fuerza, asiéndolos por las esclavinas, los metió en casa, y dio muestras de agasajarlos no morisca, sino cristianamente.

Muchas palabras de comedimiento y muchos ofrecimientos pasaron entre don Quijote y don Fernando; pero a todo puso silencio un pasajero que en aquella sazón entró en la venta, el cual en su traje mostraba ser cristiano recién venido de tierra de moros, porque venía vestido con una casaca de paño azul, corta de faldas, con medias mangas y sin cuello; los calzones eran asimismo de lienzo azul, con bonete de la misma color; traía unos borceguíes datilados y un alfanje morisco, puesto en un tahelí que le atravesaba el pecho.

Más lejos, el portante ágil y jacarandoso del campesino andaluz. ¡Por todos los santos de Aragón! ¡qué hermoso está con su amante a la grupa y su airoso traje obscuro bordado en seda negra y encarnada! ¡Y esos millares de botoncitos de oro que serpentean a lo largo del muslo y van a detenerse por encima de sus polainas de piel de camello! ¡Con qué vigor su pie se apoya en el amplio estribo morisco!

Llegue ella al cielo respondió el estropeado como yo la subiré y ensalzaré, y encomendaré con palabras y pensamientos, hasta donde alcance mi humilde merecimiento, puesto que ni todo el lugar en junto, ni cada su morador apartadamente, ni el cristiano viejo por caridad, ni el morisco por el respeto que se debe a un soldado de S. A., como yo, me han dado tanto en un mes como esta hermosísima doncella en un solo día.

El morisco cruzó los brazos, y Aixa recostose como una hija sobre su pecho. En ese instante una metálica vibración llegó de la ciudad. Luego la campana de Santiago resonó a corta distancia. Otras, más lejanas, respondieron. La catedral dejaba caer sus campanadas bajas y solemnes, y, en seguida, todas las iglesias a la vez, en alucinador concierto, tocaban las oraciones.

ABIND. No. JARIFA. ¿No en público? ABIND. Aún no quisiera. JARIFA. Ya eres mi bien. ABIND. mi vida. JARIFA. ¿Soy tu hermana? ABIND. , fingida. JARIFA. ¿Y tu esposa? ABIND. Verdadera. Sale ALARA, mora; DARÍN, paje. ALARA. ¿Moro a de Alora? DARÍN. A ti Busca un morisco de Alora. ALARA. ¿Dice a Alara? DARÍN. , señora. ALARA. Di que entre. DARÍN. Ya viene aquí. Sale NU

Siendo de ochenta y tres años, y á pesar de haber quedado tan débil con una enfermedad que padeció, que por órden de los médicos se alimentaba al pecho de dos amas y dormian con él dos niños robustos para calentarle, vivió lo suficiente para hacer su nombre digno de eterna memoria: bajo su episcopado se verificó la famosa expulsion de los moriscos, y á su ilustrada tolerancia debió el no ser echado de Córdoba un morisco insigne por su sabiduría en las ciencias físicas, llamado Felipe de Mendoza, hombre útil á la república.

Al diablo por estos tornadizos dijo el estropeado Cigarral así como vió trasponer al morisco hortelano ; al diablo por estos tornadizos, que siempre responden con sentencias y palabras de compás y medida, que huelen todavía al Alcorán, como pólvora al azufre, y como vasija al primer caldo que encerró en ella.

Pero, Mercado, alto allá y no murmuremos, que, a fuer de agradecido, más hace el morisco con ser mensajero dadivoso que yo con callarle sus puntas y collares.

Palabra del Dia

irrascible

Otros Mirando