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Actualizado: 23 de mayo de 2025


La explotacion de bancos de sal gemma y fuentes saladas y de ricas minas de asfalto, mármoles, hierro, piedras importantes, azufre, hulla y otras sustancias, le da tambien al Canton, en notable proporcion, el carácter de minero . Se hace tambien en las montañas un considerable cultivo de genciana, sustancia que se destila y exporta en gran cantidad.

El funámbulo, el domador de fieras, el albañil subido en un andamio, el minero que penetra en una mina insegura, en fin, casi todos los hombres exponen su vida por cualquier cosa, por un miserable jornal, por una mezquina cantidad de dinero. ¿Qué hizo más Edgardo por Lucía de Lammermoor, qué hizo más D. Suero de Quiñones por la señora de sus pensamientos, que lo que puede hacer y hace a cada instante, con menos estruendo, el último perdido, por ganar unas cuantas pesetas?

Podía haber dejado á su hija una fortuna inmensa; pero el minero era hombre de acción más que de administración, y se gozaba en emprender cada año un nuevo negocio, abandonando los mejores provechos de los anteriores á los consocios fríos y marrulleros que quedaban á sus espaldas.

Por el largo y estrecho agujero por donde habían descendido apenas penetraba un tenue rayo de luz. Estás en mi poder, Demetria. No te escapes, porque es inútil dijo el minero sordamente recogiendo del suelo su lámpara que se había apagado. Se oía la respiración anhelante de la joven que no respondió una palabra. Me tienes miedo, ¿verdad?... Pues dentro de poco llorarás por , pichona.

La tosca y fea silueta y los groseros detalles que distinguen las construcciones del minero californiano, y además su poco pintoresco emplazamiento, todo se reunía allí a la tristeza de la ruina.

Yo lo hago por vuestro bien, á ver si se os quita ese maldito vicio de la borrachera. ¡Pero ni por esas! Aunque os diese petróleo con pimentón vendríais aquí á dejarme la quincena. ¡Que el diablo te coma el alma, bandido! exclamó el minero irascible, mientras los demás reían.

Despertaba en ellos cierto orgullo que el doctor Aresti, que había estudiado en el extranjero y del que hablaban en la villa con respeto, quisiera vivir entre ellos, en la sociedad primitiva y casi bárbara del distrito minero. Esto les halagaba como si fuese una declaración de superioridad en pro de los mineros de las Encartaciones sobre los chimbos de Bilbao.

Que si Nolo te coge con un dedo te manda dando volteretas por encima de aquel monte que allí ves y se llama Peña-Mea. ¡Lo veremos! profirió el minero con voz ronca. , te veremos por el aire y te verán los paisanos del concejo de Aller cuando allá caigas replicó la traviesa zagala con la misma risa burlona. Joyana se acercó á su compañero y le habló unas palabras al oído.

El feroz minero dejó de reir y le lanzó una mirada torva. Los parroquianos rieron discretamente y admiraron el valor de Martinán.

No se arredró por eso. Llamó suavemente en el ventanillo que estaba contiguo á la cocina, donde supuso que dormiría el minero. No respondieron. Llamó de nuevo y oyó la voz del tío José, el dueño de la casa: ¿Quién anda ahí? Soy yo, tío José. ¿Quién eres ? Nolo de la Braña. Vengo de parte del tío Goro á decirle á usted dos palabras. Es cosa muy urgente.

Palabra del Dia

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