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Actualizado: 23 de mayo de 2025


Y Mónaco quedaba aislado dentro de Francia, con su soberanía bien reconocida; pero la tal soberanía no abarcaba mas que una ciudad única en la meseta de un peñón, un pequeño puerto y unos alrededores cubiertos de plantas parásitas: casi el terreno que recorre un burgués pacífico en su paseo después del almuerzo. ¿Cómo iba á sostenerse el minúsculo Estado?... El juego lo salvó.

A medida que desfilaba la procesión, se dejaban oír los comentarios críticos, dirigidos más particularmente a Edmundo en su calidad de expositor y cirujano. ¿Y es eso? El ejemplar es verdaderamente minúsculo. ¡Qué encarnado está! ¡Si no es más largo que un revólver!

Con esto, dotado de una inteligencia enorme y de un temperamento excesivamente nervioso. Esto dependía, sin duda, del desequilibrio que existía entre aquel cuerpecillo minúsculo y su espíritu poderoso. Era sensible, puntilloso, tierno, irascible, terco y goloso, reflejándose en él alternativamente mil sentimientos opuestos, todos expresados con igual viveza.

Cierta vez descubrió un puntillo movedizo, un cuerpecito minúsculo que atravesaba el huerto, subía los escalones del torreón, y se asomaba luego a las troneras. Era ella seguramente. El no había querido volver a la casa de don Alonso, y se había jurado olvidar a Beatriz para siempre.

Como era temprano me fui a acabar la velada en casa de las de Grevillois, que daban un en su minúsculo cuartito del piso quinto. Puedes pensar si tendría yo prisa por ir. Me acompañó Gerardo Lautrec. ¿Te he hablado de él? Y cuando llegamos estaba la reunión en todo su esplendor.

Todo es obra del momento, y nunca hay en nuestra alma dos estados absolutamente idénticos, como no contiene el trascurso del día dos minutos cuya intensidad luminosa sea matemáticamente igual: lo máximo suele estar sujeto á lo minúsculo; á veces una simple frase ó una mirada de ironía, quiebran la recta de una decisión heróica.

Yo volveré pronto, te lo juro. ¡Y quién sabe!... vendrás allá... más adelante: cuando yo sepa cuál puede ser mi suerte. Ella se soltó bruscamente de su brazo, anduvo algunos pasos titubeante, y casi se desplomó sobre un banco. Su diestra, oprimiendo un minúsculo pañuelo, pasó entre el velillo y el rostro para cubrirse los ojos.

En vano insistían para hacerla bajar al minúsculo jardinillo en el que florecían algunas dalias multicolores y un modesto cuadro de rosales. ¡Están tan débiles mis piernas! gemía. Además, necesitaría que mis negritos me llevaran como en otro tiempo en mi hamaca.

Blanca y limpia con sus persianas inmaculadas y sus cristales brillantes bajo unas cortinas un poco antiguas, se abre con discreta elegancia en un patio plantado de árboles y adornado de canastillos floridos, al que llamamos pomposamente «nuestro jardín...» Tengo en él mis rosas preferidas y mis plantas favoritas; y cultivo con éxito cuanto tiene la dicha de agradarme, con tal de que no necesite mucho sol, ni mucha sombra, ni muchos cuidados... En un rincón de nuestro minúsculo jardín y debajo de un fresno llorón, tengo hasta un banco, un banco inmenso, una mesa de labor y unos cuantos sillones de mimbre... En verano, hacemos allí salón, y llevo la fantasía hasta dar tés... Mis amigas pretenden que una taza de perfumada con la fragancia de las rosas que nos rodean, no es ya una taza de , sino una taza de néctar... ¡Dichosa ilusión!

Fíjese en lo que lleva hecho por la ciencia en pocos años este príncipe de un Estado minúsculo. ¡Si los grandes emperadores dedicasen á empresas semejantes la inmensa fuerza de que disponen! ¡Si Guillermo hubiese hecho lo mismo, en vez de preparar la guerra toda su vida!... ¡Lo que tendría adelantado la humanidad!

Palabra del Dia

condesciende

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