Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 31 de mayo de 2025
¿Cómo he de olvidar lo que hiciste conmigo? Bueno..., ¿qué buscas, qué pretendes? ¿La satisfacción de oírme que hice mal? ¿que te diga que me arrepiento? ¿que ni siquiera me porté como caballero? Corriente; no merezco ni lástima...; humíllame, véngate cuanto quieras; pero, ¡por Dios, Cristeta, vida mía! ¿a quién has querido, de quién eres...? ¡yo no puedo vivir así!
Y estrechando su mano volví a preguntarle: ¿pero si no fuese Rey? Basta murmuró. No merezco que dudes de mí de esa manera. ¡Ah, Rodolfo! ¿Acaso una mujer que va a casarse sin sentir amor podría mirarte como te miro yo? Después inclinó el rostro, procurando ocultarlo.
¡Soy un miserable, tía de mi alma, no merezco que usted me mire siquiera, porque, aunque honrado en el fondo, no he sabido resistir y evitar una acción vergonzosa, que la ley castiga, tía!
Pensó lo siguiente: «En todo soy desgraciado, hasta la Providencia es injusta conmigo; me castiga cuando no lo merezco: cien veces habré olido a polvos de arroz, y nada... y hoy... hoy que no hay de qué... hoy que no lo he...». De repente, se acordó de Mochi, de su abrazo y de que, en efecto, las lágrimas de borracho con que le había mojado, le olían a polvos de arroz. «¡Malditísimo marica! pensó ; fue él, el sobón del tenor Mochi.... y ahora, ¡qué conflicto!, ¡qué tormenta!
»Ya conocéis la escena de nuestra salida de esta ciudad como prisioneros de los alemanes. La prensa, el libro y hasta el grabado han reproducido esta escena, tributándome con ello una gloria que no merezco. Yo grité.... lo que grité; fué algo superior á mi voluntad, que tal vez me aconsejaba ser prudente. Pero el valor cívico, cuando despierta, no conoce el peligro.
Vamos a ver dijo imperiosamente, después de un largo silencio . Tú que me conoces mejor que nadie: ¿soy tan malo como suponen los enemigos? ¿Merezco que el Señor me castigue por mis faltas? Tú eres un alma de Dios, sencilla y buena, y sabes más de esto con tu instinto que todos los doctores en Teología. ¿Usted malo, don Sebastián? ¡Jesús...! Usted es un hombre como los otros: ni más ni menos.
ISIDORA. Te lo he dicho mil veces. El reconocimiento de Joaquín... ISIDORA. Que reconozcas a nuestro hijo. Delante de ti no debo ni puedo disimular mis faltas. He sido un calavera, un disipador; merezco lo que me está pasando. Yo tenía una regular fortuna. ¿Sabes tú cómo se me ha ido de entre las manos?
Pues bueno repuso mi tío volviéndose hacia su amigo que no chistaba ni se movía, con los ojazos clavados en la lumbre . Ahora quiero que te quedes a cenar con nosotros, no por mí, que no lo merezco, sino por honrar a mi sobrino. ¡A buen tiempo! murmuró el gigante revolviendo un poco la mirada hacia don Celso y descargando mucho los celajes de su faz.
Si no lo digo, reviento... Usted crea lo que quiera... pero soy muy desgraciada. Yo sé que me lo merezco, que soy mala, mala de encargo... pero soy muy desgraciada».
Cuando quedó el plato limpio, cual si lo hubieran lamido los perros, se pasó la mano por la boca, restregó los dedos sobre el pantalón, y mirando con ojos tiernos a la señora, sentada al otro extremo de la mesa, exclamó: ¡Ay, señora! ¡yo merezco más lástima que castigo! A buen corazón no me gana nadie, y si no fuera la fatalidad y mi hermano...
Palabra del Dia
Otros Mirando