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Actualizado: 20 de mayo de 2025


No era únicamente la discreción lo que le había impedido recordar al juez sus antiguas relaciones, sino también el miedo, pues sabía que era distinto de él, rígido y severo. ¿Había el juez visto con mayor lucidez? ¿Se había él engañado? ¿Habría, en realidad, querido morir?...

Así se aprende con mas facilidad, se percibe con lucidez y exactitud, y se auxilia poderosamente la memoria. Necesidad del trabajo. De las doctrinas de este capítulo sobre la inspiracion é intuicion, ¿podremos inferir la conveniencia de abandonar el discurso, y hasta el trabajo, y de entregarnos á una especie de quietismo intelectual? No ciertamente.

Si es que te dan pesadumbre algunos hechos de tu vida pasada, no trates de borrarlos con una vergüenza mayor dijo Relimpio, sintiéndose dotado por la Providencia, en aquel instante, de una lucidez filosófica que no era propia de él . Lo mejor es que borres lo pasado con una conducta ejemplar. ¿Quieres un nombre, una posición? Pues yo te daré ambas cosas.

En tal momento nada podía serle más cruel. Todas sus dudas se afirmaban. Sentía, con lucidez desesperante, que no eran sólo obstáculos materiales los que lo separaban de ella; la voluntad misma del señor y la señora Aubry no los acercaría; existía entre ella y él una diferencia de raza; la misma sangre no corría por sus venas.

Hablaba de todo con bastante lucidez menos cuando se tocaba el punto de la antropología. El médico, temiendo y aun augurando un nuevo acceso de furia, aconsejó a la familia que lo recluyese cuanto más pronto en alguna casa de salud, Mario se resistía, lleno de compasión. ¡Pobre viejo! decía.

Claro es que, aun haciendo abstraccion de todo cuanto nos rodea, no podemos prescindir de nosotros mismos, de nuestro espíritu que se presenta á sus propios ojos con tanta mayor lucidez, cuanto es mayor la abstraccion en que nos constituimos con respecto á los objetos externos.

Así pasó toda la noche: y al amanecer, en un momento de lucidez, dijo: «¡Qué dichosa soy, Dios mío! ¡Oh! ¡Qué dichosa, qué dichosa!... No me había engañado, no, ahora lo comprendo, cuánta felicidad...» Y al terminar esta frase, entregó su alma a Dios. Tal fue su muerte, palabra por palabra.

Al fin y al cabo, considerando la dirección en que lo había llevado la cacería, no estaba mucho más lejos de su casa que de Batterley. Sin embargo, Dunsey no brillaba por su lucidez de espíritu. No llegó a esa conclusión sino al darse cuenta de que estaba obligado por otras razones a tomar la resolución sin precedente de volver a la casa a pie.

Es verdad que todo sacerdote sentado en el tribunal de la penitencia, investido por Dios mismo de la facultad de sentenciar y de absolver, recibe por gracia lo que a veces por naturaleza no ha recibido: bastante lucidez de espíritu para comprenderlo todo.

Tizona quiso esgrimir la de su nombre, Infolio perdió la serenidad, y a Lepe le descompuso la ira. Ya iban a reñir, cuando este último, en un instante de lucidez les dijo de este modo: ¿Por qué luchar y aborrecernos si aún no sabemos en cuál se ha de fijar Fortuna? Seamos amigos, hasta que ella escoja, por lo menos; no sintamos la envidia antes de que haya quien saboree el placer.

Palabra del Dia

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