Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 16 de octubre de 2025


Padres que leais este libro, antes que á un colegio, antes que á esas escuelas, en donde pagais tanto dinero para que os desnaturalicen vuestras hijas, enviadlas á una aldea. En una aldea serán ignorantes: en el colegio son ignorantes, impacientes, mal habituadas y locas. Si yo tuviese un hijo y me preguntara: ¿qué cualidad es la primera que debo buscar en la mujer, que haya de ser mi esposa?

Habla de la hija, pero no de la madre. ¡Bastantes disgustos he tenido con la tal mujer, que tanto te persiguió! Pues la hija no te miraba con malos ojos... Señores, este hombre ha sido magnífico; lo es todavía. Y todas las mujeres, , todas, estaban con él como locas... habla, pues, á estos señores y no cuentes tus historias...

El médico no supo qué hacer: y vino el relojero. El relojero, mal que bien, puso las ruedas locas en su lugar, pero encargó que usasen del pájaro muy poco, porque estaban gastados los cilindros, y el ruiseñor aquel no podía en verdad cantar más de una vez al año.

Los niños gemían con un llanto igual al balido de los corderos; los hombres miraban en torno con ojos de espanto; algunas mujeres aullaban como locas. Las familias se habían disgregado en el terror de la huída. Una madre de cinco pequeños sólo conservaba uno. Los padres, al verse solos, pensaban con angustia en los desaparecidos. ¿Volverían á encontrarlos?... ¿Habrían muerto á aquellas horas?...

Todos eran hijos de marinos, y sin embargo se habían emancipado del mar. En tierra firme estaban los negocios. Sólo las cabezas locas podían pensar en barcos y aventuras. El Tritón sonreía humildemente ante estas alusiones y cruzaba miradas con su sobrino. Un secreto existía entre los dos. Ulises, que terminaba su bachillerato, asistía al mismo tiempo en el Instituto á los cursos de pilotaje.

Salieron corriendo su mujer, enferma, y las cuatro hijas, gritando como locas, y se abrazaron á él, intentando arrancarle la escopeta, tirando del cañón con ambas manos.

Lo que hay es que por las cualidades que Dios le ha concedido se le ofrece un porvenir brillante, y que este porvenir brillante puede ser cortado por un matrimonio hecho a tontas y a locas, esto es, sin ciertas condiciones que yo juzgo de absoluta necesidad en este caso.

Desde aquella noche Mariano desapareció. Le buscaron y no fue hallado por ninguna parte, ni en mucho tiempo se tuvo noticia de él. Con estas y otras cosas, Isidora cayó en grave tristeza. Sus insomnios se repetían casi todas las noches, atormentándola con el alternado suplicio de ilusiones locas y de miserias reales, de delirio suntuario y de terror o desengaño.

Las máquinas, los descubrimientos de las ciencias positivas, todo lo que no se relacionaba con la divinidad y la vida futura, eran bagatelas para entretener a gentes locas y sin fe. Y el antiguo seminarista, que despreciaba el progreso humano desde niño, como una ridícula mentira, quedó estupefacto viendo con qué solemnidad hablaba de él el catolicismo francés.

¿Quién os ha dicho eso? dijo con una gravedad eminentemente cómica el duque, que quería pasar por rey... Nadie... pero... mi corazón... ¡Vuestro corazón! Yo había ido muchas veces á la corte, señor; las mujeres somos locas, insensatas; nos gusta, nos enamora lo grande, lo que deslumbra... ¡Y os he deslumbrado yo! ¡Ah, señor!, vos sois el sol de las Españas.

Palabra del Dia

sueldos

Otros Mirando