Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 16 de junio de 2025
Sufra, pues, el civilizadísimo Paris, el tan culto y refinado Paris, el Paris tan sutil, tan impalpable y tan vaporoso; sufra, decimos, que un tosco africano se le entre por las puertas, sin decir tú ni mú, ni saco de paja, y le desdoble ciertos pliegues, y le adivine ciertas cuitas, y le ponga el dedo en ciertas llagas, y quite la tierra de ciertas sepulturas, y descubra ciertos cadáveres.
Vamos, juraría yo que ha conocido usted á algún muchachuelo ... Eso no tiene nada de particular, hija mía: para eso es la juventud. Eso no tiene nada de particular. ¡Bah! no se ponga usted encarnada. Por las llagas de Jesucristo, que no me enfado yo por eso ... no.
Los ojos eran como llagas ya secas e insensibles, rodeados de manchas sanguinosas; la talla mediana, torcidas las piernas. Su cuerpo había perdido la conformación airosa por la costumbre de andar a ciegas, y de pasar largas horas sentado en el suelo con las piernas dobladas a la morisca.
Ansiosos de combatir se sentían todos, y particularmente los ya libres forzados, a quienes aguijoneaba el rencor e impulsaba el deseo de curar con la sangre de los corsarios las llagas y los verdugones que la penca del cómitre había hecho en sus espaldas desnudas. Atacados los corsarios por todas partes, no pudieron resistir.
19 Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez. 20 Había también un mendigo llamado Lázaro, el cual estaba echado a la puerta de aquel, lleno de llagas, 21 y deseando saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las llagas.
Allí la encontrarán a ella, bajo las mil formas de la madre de los pobres, y de la mujer piadosa, derramando los más íntimos misterios de sus escrúpulos y de sus humillaciones ante Dios. ¡Cuántas veces, hasta las mismas sábanas de su cama, que tomaba de su armario y rasgaba a medida de la necesidad, servían para vendar las llagas del viejo indigente, que curaba ella con sus propias manos!
Tou! ¡Tou! ¡Tou!... Ya somos dos. ¡Tampoco aquí podré estar sólo para morir en paz!... El señor mayorazgo tiene sus palacios y su cama con dosel... Aquí haránsele llagas las costas....Para el cuerpo de los señores es muy duro el cocho de Fuso Negro. ¿Duermes en esta cueva? Unas veces duermo y otras veces velo. ¡Yo te pido que me dejes morir aquí! ¿Quiere hacerse ermitaño el señor mayorazgo?
En todo tiempo se levantaba a las cuatro de la mañana para rezar maitines y oración por los agonizantes, tornando a acostarse hasta las nueve, que oía misa, rezada por su capellán; a las doce angelus, antes de almorzar; por la tarde lecturas piadosas, vísperas, cinco llagas, recepción de visitas honestas y paseo en coche; antes de comer un rato de meditación en la capilla, y después de la comida otro rosario, letanía, y recomendación del alma: a las nueve y media se acostaba.
Tu mano, que abrió las entrañas del suelo y halló un gran tesoro, arroje las llaves extrañas que cierran tus puertas al lloro. Preparen tus manos la mesa, el plato de arroz y hasta el vino. ¡La sombra en la luz hace presa y es largo y tortuoso el camino! Que sea, en la vida, tu techo la fuente que lave los males, que cierre las llagas del pecho que borre las penas mortales.
Uno, entre los demás, joven de pocos años, que no menos en las llagas de su cuerpo, que en la paciencia del ánimo, parecía otro Job, se alistó en el número de los hijos de Dios con suma alegría y júbilo de su espíritu, y haciendo fervorosísimos actos de fe, esperanza y caridad, pasó de esta peregrinación á la patria celestial.
Palabra del Dia
Otros Mirando