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Actualizado: 23 de julio de 2025


Hace varios años que era yo primer piloto del buque «Annie Curtis», de la matrícula de Liverpool, ocupado en el comercio de frutas del Mediterráneo y que regularmente hacía sus viajes entre Nápoles, Esmirna, Barcelona, Argelia y Liverpool. Nuestra tripulación era mixta, pues se componía de ingleses, españoles e italianos, y entre estos últimos había un viejo llamado Bruno.

Hasta hace unos meses vivía en Liverpool humildemente, estaba de empleado en un almacén e iba a casarme, cuando conocí a un viejo irlandés, hermano de la madre de mi novia. Este irlandés se llamaba Patricio Allen. ¡Patricio Allen! exclamé yo . ¡El que ha vivido tanto tiempo aquí! El mismo.

Financieramente la puede arruinar, eso es cierto observé suspirando. Pero lee esto, viejo y le di la extraña carta de Mabel. ¡Buen Dios! tartamudeó cuando la hubo leído, tiene un terror mortal a esta gente, no puede dudarse. Para escapar de ellos y de ti, ha huido... a Liverpool, para luego embarcarse con rumbo a América, quizá.

Lúzaro me gusta; pero el haber nacido en él, y el que mi familia haya vivido aquí muchos años, no creo constituya ninguna superioridad. Pienso lo mismo que un masón a quien conocí en Liverpool. Este masón había llegado al grado treinta y tres, o cuarenta y tres, no a cuál; pero al más alto de todos.

Donde los más poderosos navíos, naufragaban, aquella barcaza ruda y pesada, navegando a la ventura del instinto, no sufría el menor perjuicio. Sus envíos llegaban siempre con prodigiosa oportunidad. La rica naranja de otros comerciantes, cuidadosamente escogida, llegaba a Liverpool o Londres cuando los mercados estaban atestados y bajaban los precios escandalosamente.

De esta ciudad, diré lo mismo que de Liverpool, que es preciso visitar los establecimientos fabriles con preferencia á todo; son en Inglaterra las grandes obras nacionales, los monumentos. Tiene Manchester edificios majestuosos, hoteles, paseos, hermosas calles, y una animacion industrial pujante. Tambien son dignos de visitarse, como en Liverpool, los deliciosos alrededores de la ciudad.

¡Qué importa! ¿No sabe usted el secreto de hacerle ceder?... Telegrafíe usted a Liverpool y antes de quince días el frasco de azogue baja desde sesenta a cuarenta duros. El duque de Requena había formado por iniciativa y consejo de Llera, hacía cuatro años, una sociedad o sindicato de azogues con el objeto de acaparar todo el mercurio que saliese al mercado.

Sir Cristián Fergusson, de Liverpool, y aquí tiene usted una carta del cónsul de Francia en Colombo que me recomienda á la benevolencia del señor Gobernador. ¿El señor es inglés? dijo el secretario cogiendo el papel con amable indiferencia. , no vemos visitantes si no son ingleses ó americanos.

Como Manchester es visitado por muchos extranjeros, y como su fabricacion y comercio le prestan mucha importancia, hay bastante animacion en sus calles y paseos: los hoteles son regulares; cuéntanse muy pocos edificios notables, como arte. Y aquí terminan nuestros ligeros apuntes sobre Manchester y Liverpool. De Southampton hablaré despues; ahora nos trasladamos á Italia.

Desgraciadamente murió en la travesía de Liverpool a Nueva York y el capitán le hizo arrojar al agua. Don Diego y el doctor hubieran dejado muy a gusto de oír semejante discurso e iban a rogar a su vecino que cambiase de conversación, cuando el joven inglés tomó la palabra. Pues yo, señor dijo , hace dos años estaba tan enfermo como esa joven que hemos visto pasar.

Palabra del Dia

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