Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 16 de octubre de 2025
Esta eligió un magnífico traje de brocado, alto, cerrado como los de las damas de la corte y cubierto sobre el pecho de joyas, se llenó las manos de anillos y derramó sobre sí agua de olor. Vete, y que Pedro ponga la litera dijo cuando estuvo vestida. Casilda salió, y Dorotea entró de nuevo en la alcoba, y levantó la cortina.
Desde donde veas y oigas. ¡Casilda, mi manto y mi litera! gritó la Dorotea poniéndose violentamente de pie. ¡Oh Dios mío! ¡Dios mío! murmuró para sí el bufón ¡si al menos ella no fuera tan desgraciada! ¡Si ya que de tal modo ama á ese hombre, él la amase!...
No acabó de sosegarse la huéspeda, y siempre estuvo rezando hasta que se fué el Corregidor y vió salir libre a su marido, el cual, en tanto que estuvo con el Corregidor le dijo: Hoy hacen, señor, según mi cuenta, quince años, un mes y cuatro días que llegó a esta posada una señora en hábito de peregrina, en una litera, #con una niña recién nacida#, y acompañada de cuatro criados de a caballo, y de dos dueñas y una doncella, que en un coche venían.
Hizo el diablo, que en aquellos momentos pasase por la calle el tío Manolillo, y lo viese todo, y siguiese á la litera. Antes del amanecer, doña Juana volvió á su casa. Había dejado á su hijo en Navalcarnero. Doña Juana, exponiéndose á morir, no alteró la costumbre que desde el primer día de su encierro había establecido. Nadie pudo saber nada.
Cuando el conde de Olivares se llevaba á don Juan para presentarle á su compañía de arcabuceros de la guardia española, la duquesa le dijo: Espero que iréis, en cuanto estéis libre, con vuestra esposa á mi casa. Iré, señora, iré. Y el joven salió. Cumpliendo lo que había prometido á la duquesa, don Juan y doña Clara salieron una hora después del alcázar en una litera. Era la litera enorme.
Metida en una litera con muy honrado acompañamiento, fueron caminando por sendas estraviadas, y llegado que hubieron cerca de la Sima de Cabra se apearon todos.
Llovía, y el criado que hasta allí había conducido la litera, abrió un enorme paraguas, y luego la portezuela; Dorotea salió, y cubierta con el paraguas, salvó de un salto, sobre las puntas de los pies, y la ancha falda recogida con suma coquetería, el espacio enlodado de la entrada, y ganó la parte seca del interior.
No, licenciado Sarmiento; vos sois el que os vais de mí... y me alegro. Guardéos Dios. Estaba ya dentro Quevedo y se cerró la puerta de la litera. Esta se puso en movimiento. Durante algún espacio, Quevedo oyó el ruido de las gentes que pasaban, y el viento que zumbaba en los aleros de las calles.
Entrad dijo Dorotea al bufón ; haced que esa orden llegue, como os he dicho, á las manos de doña Clara, y luego buscad al cocinero mayor, y hacedle que vaya á verme. El bufón salió de la litera. ¡A casa! dijo la Dorotea. La litera se puso de nuevo en marcha. El bufón, después de meditar un momento en el vestíbulo, se entró resueltamente en la secretaría de Estado.
Vais á entrar en el alcázar y á hacer de modo que doña Clara Soldevilla reciba esta orden sin que pueda saber de dónde viene. ¡Cómo! ¡Lo quiero! Haces mal. Lo quiero. ¡Y cuenta con que doña Clara pueda ni aun por indicios sospechar! ¡Haces mal! repitió el bufón, y tomó la orden y la guardó suspirando. Ni Dorotea ni el bufón hablaron una palabra hasta que la litera llegó á las puertas del alcázar.
Palabra del Dia
Otros Mirando