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Actualizado: 15 de junio de 2025
En las limosnas colectivas y en los repartos de bonos, llevaban preferencia las antiguas; y cuando algún parroquiano daba una cantidad cualquiera para que fuese distribuida entre todos, la antigüedad reclamaba el derecho a la repartición, apropiándose la cifra mayor, si la cantidad no era fácilmente divisible en partes iguales.
Los clientes aguardaban con resignación el turno. Eran curas en su mayoría, pues don Ramón, persona piadosa y amiga de hacer limosnas por mano de la Iglesia, figuraba como el banquero del clero, y en las sacristías su nombre alcanzaba gran prestigio.
Hasta pensó supersticiosamente si este felino de la altiplanicie, mezcla de león y de tigre, tendría algo del alma de la difunta, pues en los cuentos del país había oído hablar muchas veces de espíritus de personas que continúan su existencia dentro de cuerpos de animales. Dejó de ocuparse del puma para seguir mirando el bote de las limosnas.
35 Y le vieron todos los que habitaban en Lida y en Sarón, los cuales se convirtieron al Señor. 36 Entonces en Jope había una discípula llamada Tabita, que si lo declaras, quiere decir Dorcas. Esta era llena de buenas obras y de limosnas que hacía.
Así, aunque se le estimaba y respetaba, no era querido. Sin embargo, hacía grandes limosnas y no desperdiciaba ocasión para ejercitar su bondad; pero jamás se dejaba envolver por la malicia y astucia de los buenos labriegos.
Con el laudable intento de protejer á la infancia desvalida y remediar los males de los adolescentes, reuniéronse unos cuantos hombres de buena voluntad, y hacia el año de 1589 formaron una hermandad con el nombre del Santo Niño Perdido, la cual, sin el apoyo de las autoridades, y sosteniéndose únicamente con el dinero de los hermanos y las limosnas que recogía, logró bien pronto prestar muy señalados servicios.
Toda esta inmensa y heterogénea turba se levanta por la mañana, entumecida y macilenta, y al sentir el ruido cercano de los coches que circulan por las calles opulentas, recuerda que es en medio de su bullicio donde puede encontrar las limosnas y los desperdicios de la sociedad, ó la fácil explotación del orgullo, de los vicios ó la credulidad de los que se tienen por dichosos.
El millonario adivinaba el pensamiento de su primo, acogiéndolo con un gesto desdeñoso. ¡Dedicar su vida á los de abajo: ser una especie de santo laico que empleara su fortuna, no en limosnas infecundas, sino en emancipar moralmente á los parias del trabajo, proporcionándoles el pan de la instrucción! ¡Fundar grandes escuelas, universidades, etc., como aquellos ricachones de que hablaba el médico!... ¡Bah! ¿Y qué placer podía proporcionarle esto?... Su egoísmo profundo de hombre de presa, sin otros ideales que la vanidad y el goce de su persona, se reía del doctor.
¡Venganzas de campana, o como quien dice, puñaladas por la espalda! Y los ladrones saben lo que vale un buen campana. Una vez me dijo uno, habiéndole yo preguntado que "a qué se dedicaba por ahora". ¡Vea, señor, tengo un campana que ni de oro..., y trabajo de católico! ¿De católico? Sí, señor...; es decir, ando con el asunto de las limosnas para el hospital..., ¡y al que me cree lo ensarto!
Iremos, iremos dijo el tacaño con efusión, olvidándose de lo que antes había pensado respecto al campo á que iría Martín muy pronto. Sí, y nos divertiremos mucho, y daremos limosnas á todos los pobres que nos salgan.... ¡Qué alivio siento en mi interior desde que he hecho ese beneficio!... No, no me lo alaben.... Pues verán: se me ocurre que aún les puedo hacer otro mucho mayor.
Palabra del Dia
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