Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 17 de mayo de 2025


Hasta se asegura que Batilo, el más taciturno de los perros conocidos, participó de la opinión general: se alzó sobre sus patas, alargó el hocico y ladró. Pasados los primeros momentos de confusión, Paz recobró aliento, y dijo con voz entrecortada por la cólera: Niña, esas ideas no me llaman la atención. Ya la conocíamos á usted de oídas.

El hermano Gabriel tuvo que irse a trabajar en sus espuertas bajo la yedra, a cuya sombra estaban en otro tiempo las norias. Morrongo se subió al tejado más alto, y se recostó al sol, echando una mirada de desprecio al tumulto que había en el patio; Palomo ladró, gruñó y protestó tan enérgicamente contra la invasión extranjera, que Manuel mandó a Momo que le encerrase.

Un perro vivaracho y pequeño, descarado, ratonero, de éstos que pasean su vanidad por las calles de Madrid, se acercó al can melancólico, y le dió una embestida con el hocico. Batilo era muy tímido; pero sintiendo herido su amor propio, ladró. El ratonero, que no deseaba sino provocación, ladró también, atreviéndose á dar un mordisco al pobre faldero.

Resonó de pronto la puerta con dos golpes dados por una mano. El perro, que se había erguido momentos antes como adivinando la presencia de alguien en el porche, estiró el cuello, pero no ladró, moviendo la cola con tranquilidad.

Alrededor del rancho, la tierra blanquizca del patio, deslumbraba por el sol a plomo, parecía deformarse en trémulo hervor, que adormecía los ojos parpadeantes de los fox-terriers. No ha aparecido más dijo Milk. Old, al oir aparecido, levantó las orejas sobre los ojos. Esta vez el cachorro, incitado por la evocación, se puso en pie y ladró, buscando a qué.

Un gran perro gris estaba extendido cerca de él y amo y perro parecían dormir. Sin embargo, la mano del hombre tenía cogido el collar del perro como para contenerle. El mastín de la granja, envalentonado por aquella inmovilidad, ladró con furia y enseñó los dientes. ¡Es increible! dijo Bobart en voz alta. ¡Un borracho en el mismo sitio que ayer. Parece que le han tomado afición!

Después siguió andando lentamente; no se atrevía á volver, porque las risas habían cesado y se oían terribles imprecaciones. Algunas piedras, lanzadas por mano vigorosa, cayeron junto á ella. Batilo se volvió lleno de despecho y ladró como nunca había ladrado, con verdadera elocuencia canina. Después de esto, avivó Clara el paso y llegó á la calle de Alcalá.

Batilo, que sin duda entendió lo del peligro en que los jóvenes se hallaban, y quería probar que, aunque misántropo, era un perro resuelto á todo, ladró en un tono que quería decir: "Nada hay que temer mientras esté yo."

Ladró a la caja, a los paraguas y volvió a esconderse. Lo habían olvidado en la sala, cerrada con llave por don Pompeyo. Guimarán, de levita negra presidía el duelo. Delante del féretro, en filas, iban muchos obreros y algunos comerciantes al por menor, con más, varios zapateros y sastres, rezando Padrenuestros. Guimarán había propuesto que no se dijese palabra.

Dejó uno de cada color en el suelo, y tomando el otro azul se lo mostró al perro, ordenándole que recogiese del suelo el compañero. ¡Caso extraño! Este acto tan sencillo como inofensivo despertó profunda indignación en el ánimo de Clavel. Gruñó, ladró, se revolvió como un loco por la habitación.

Palabra del Dia

commiserit

Otros Mirando