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Actualizado: 27 de mayo de 2025


Cuando usted la conoció, cuando comprendí que ella comenzaba a amarle, mi pecho se dilató de gozo. Ver que su decantada eternidad de sentimientos flaqueaba; prever que iba a caer como caen todas; poder decirla: ¿Ya ves? ¿Dónde están tus leyes morales? ¡ también haces como las demás, lo que te place! era algo que me colmaba de júbilo...

El júbilo ahogado que revelaba su voz hizo pasar en mis venas una sensación de calor y de bienestar. Creí por un instante que iba a echarme a su cuello y a llorar sobre su hombro para aliviar mi corazón, pero guardé mi reserva: ¿No me esperabais? pregunté, tendiéndole maquinalmente la mano.

Pero muy contra lo que presumía en aquel momento, el cadete salvó rápidamente la distancia de una acera a otra y arremetió con él con los brazos abiertos, la cara sonriente y rebosando de júbilo. Déjeme V. que le abrace, D. Miguel y lo hizo sin aguardar el permiso.

Mientras tanto, los condes de Cotorraso, Lola Madariaga, Clementina y los barones de Rag hablaban del arsénico como medicamento para engordar y poner terso y brillante el cutis. Lola Madariaga era la primera vez que lo oía y se mostraba llena de júbilo, y anunciaba que iba inmediatamente a ensayar la virtud milagrosa del veneno.

En el fondo de aquella grande agitación, y entre tantos recelos, había un secreto júbilo, pues como un día y otro llegaban noticias de nuevos levantamientos, todos consideraban a los franceses como puestos en el vergonzoso trance de retirarse.

Cuando Elías Orejón entró en casa de D. Felicísimo y pronunció esta frase con hiperbólico entusiasmo, el famoso Carnicero estuvo a punto de perder el sentido; tan grande fueron su sorpresa y júbilo.

No primo, exactamente dijo el cura narigueando su rapé con júbilo; el señor de Pavol es sólo tío político de Reina; su esposa era una señorita de Lavalle. No importa exclamó el señor de Couprat, no renuncio a nuestro parentesco. Mucho más, cuanto que si se buscase bien, se encontrarían matrimonios entre mi familia y la de los de Lavalle.

21 Aun llenará tu boca de risa, y tus labios de júbilo. 22 Los que te aborrecen, serán vestidos de confusión; y la habitación de los impíos perecerá. 1 Y respondió Job, y dijo: 2 Ciertamente yo conozco que es así; ¿y cómo se justificará el hombre con Dios? 4 El es sabio de corazón, y fuerte en fuerza, ¿quién se endureció contra él, y quedó en paz?

En el cual don Juan despliega su astucia, y don Quintín se hace la ilusión de que pueden volver «aquellos tiempos» La noticia del viaje a provincias llenó al pronto de júbilo a don Juan, quedando luego su alegría algo mermada con la perspectiva de que Cristeta fuese bajo la guarda de don Quintín; así que resolvió evitar a todo trance dicha compañía, pero sin contar con la complicidad de aquélla.

Los novios habían resuelto ir en coche para evitarse la curiosidad de la gente en la estación: además, la hora de los trenes no les pareció conveniente. Las seis mulas de tostado lomo corrían arrastrando a la pareja feliz hacia su nido. Los gritos de júbilo de los invitados y la rapidez de la marcha los embriagó por unos instantes: permanecían mudos sin saber qué decirse.

Palabra del Dia

hociquea

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