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Actualizado: 30 de abril de 2025
Y sin embargo de todo esto, Facundo no es cruel, no es sanguinario; es el bárbaro, no más, que no sabe contener sus pasiones, y que, una vez irritadas, no conocen freno ni medida; es el terrorista que a la entrada a una ciudad fusila a uno y azota a otro, pero con economía, muchas veces con discernimiento; el fusilado es un ciego, un paralítico o un sacristán; cuando más el infeliz azotado es un ciudadano ilustre, un joven de las primeras familias.
Cada vez que llegaba a sus oídos se le doblaban las piernas. Porque nunca había imaginado necesitar, tan joven, dentadura postiza. Acudieron al estrépito el ama del cura y las mozas que le ayudaban en la cocina; pero en vez de echar aceite a las olas irritadas, soplaron sobre ellas el viento de la cólera.
Su virtud estará a cubierto de toda murmuración, sin que ella se vea reducida a un encarcelamiento eterno, a prácticas fatigosas, a rivalidades y a pasiones de mujeres irritadas por el secuestro, desnaturalizadas, convertidas en un ser de distinta especie por el aislamiento.
¡Un rompimiento! dije con emoción. ¿Cómo ha podido tal palabra encontrar el camino de esos labios?... Demasiado sabe usted que la amo. Empiezo a dudarlo. Luciana volvió a echar a andar a mi lado, pero sus miradas siguieron irritadas y duras. No respondí, no lo duda usted. Conoce usted su poder y abusa de él... Sabe muy bien que no puedo luchar y que nunca la he amado más que hoy.
Maripepa lloraba y Bartolo dejaba escapar cada vez resoplidos más incorrectos. Al fin, comprendiendo que estaban sirviendo de befa, callaron las irritadas comadres y se cambió de conversación. Pero Pacha rebosaba de ira todavía. La tía Jeroma igual. Maripepa, ven aquí ahora mismo y siéntate á mi lado.
Se mostraban escandalizadas é irritadas por la fortuna de la de Delille, á pesar de que ninguna de ellas había perdido un céntimo en el juego. Una suerte así no era natural; debía haber trampa. No podían decir cómo era la trampa, pero existía indudablemente.
El capitán hizo como se le mandaba. En cuatro patas se hubiera puesto si Flora se lo hubiera pedido en aquellos días. No fué tan difícil su comisión como temía. Las señoritas de Moscoso se hallaban profundamente irritadas contra Demetria; no querían verla más delante de sus ojos. D. Félix se guardó de decirles que la interesada estaba resuelta á secundar de todo corazón su deseo.
Pero al entrar en ella, oyeron dos voces irritadas, ruido de aceros que se chocaban, y á poco un grito de agonía, tras el cual no se volvió á oír el choque del acero. Montiño se detuvo, pero el padre Aliaga tiró violentamente de él y le arrastró hacia un lugar donde resonaban grandes golpes á la puerta de una casa.
Regalo son de los ojos, haciéndolas menos densas y bordando de la noche las misteriosas tinieblas: un luminoso suspiro de la luna macilenta; ¡del astro que lejos muere la despedida postrera! la luz temblorosa y pura de mil millares de estrellas que errantes chispas encienden sobre las ondas serenas; huyendo de los esquifes, murmurándoles sus quejas, fosforescentes espumas por irritadas más bellas; nieve, purísima nieve, dormida en las aguas quedas y que azoran, de los remos, las sacudidas violentas: destellos que multiplican las armas de los cincuenta que van a Máctan, del Régulo a vengar la grave ofensa, y que en la costa enemiga marcaran, antes, sus huellas, de que las nocturnas sombras avergonzadas por feas, se escondan viendo del alba la blanca faz hechicera.
La noción de que Dios quería ser propiciado por la muerte del inocente Cristo es totalmente baja y bárbara natural en las edades rudas, cuando los sacrificios costosos eran un medio reconocido de apaciguar deidades irritadas, pero repelente ahora. Difícilmente el hombre más depravado, en su recto entendimiento, aceptaría el castigo de un inocente en lugar del que le hubiera ofendido.
Palabra del Dia
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