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Actualizado: 11 de mayo de 2025


Mas su hermana la siguió inmediatamente en la actitud más severa y autoritaria que puede nadie imaginarse, dispuesta a corregir aquel principio de rebelión, que con el tiempo podría traer funestas consecuencias. Oyose rumor de disputa, sobresaliendo la voz áspera, irritada, de Carmelita; luego aquella voz se fue dulcificando, haciéndose persuasiva, razonadora, reprendiendo con suavidad.

Al ver las miradas de súplica que ardían en aquella pálida cara, una extraña angustia la sobrecogió, y mientras que Juan decía en tono suplicante: Le ruego, María Teresa, que me diga que no está irritada contra ... ¡perdóneme!

Nunca la había visto irritada hasta entonces y la hallaba no menos graciosa bajo aquel nuevo aspecto. ¿Tengo acaso el derecho de enojarme? preguntó. Cierto es que anoche tuviste a bien decir que cada hora pasada lejos de era una hora perdida. Pero tratándose de un jabalí enorme ya es cosa muy diferente. Tan enorme que quizás sea yo cazado por él. Flavia nada dijo.

Espero que los jabalíes consigan interesarlo y distraerlo más que yo agregó. Precisamente voy en busca de un jabalí dije, y de los más feroces y corpulentos y luego, sin poderlo remediar, me puse a acariciar sus cabellos, pero ella apartó la cabeza. ¿Estás irritada conmigo? pregunté fingiendo sorpresa y deseoso de aumentar un tanto su enojo.

La obscuridad se sucede después a la luz; la muerte está por todas partes; un poder terrible, incontrastable, le ha hecho en un momento reconcentrarse en mismo y sentir su nada en medio de aquella naturaleza irritada; sentir a Dios, por decirlo de una vez, en la aterrante magnificencia de sus obras. ¿Qué más colores para la paleta de la fantasía?

Hullin comprendió por lo que oía que Catalina seguía pensando en la historia de Yégof; pero viendo cuán irritada estaba la anciana y pensando que sus propósitos contribuirían a la defensa del país, no hizo ninguna observación a este respecto, y dijo solamente: Entonces, Catalina, quedamos conformes; mañana iré a ver a Marcos Divès... , compre usted toda la pólvora y todo el plomo que tenga.

Traza después a grandes pinceladas la historia de los primeros tiempos de la humanidad, y afirma que la verdadera civilización tiene su origen en el cristianismo. Gutiérrez pide la palabra con voz irritada y estentórea.

Los dos, instintivamente se aproximaron á un banco, buscando la sombra de ébano de los árboles. Freya se había serenado de pronto. Parecía irritada contra ella misma por su abandono durante la marcha.

La reina continuó: Y he descubierto una cosa que me ha llenado de alegría, que ha abierto mi alma á la esperanza y á la felicidad: el rey me ama. ¡Oh, , me ama con toda su alma! y yo... ¡oh, Dios mío! para vos, padre Aliaga, que tenéis las virtudes y la pureza de un santo, he tenido abierta por completo mi conciencia, mi alma de mi mujer; vos no sois mi confesor, pero sois más que mi confesor, mi padre; yo os había dicho que no amaba al rey, á mi Felipe, al padre de mis hijos... ¡oh! y os lo decía como lo sentía... yo estaba irritada, humillada, abandonada; habían pasado días y semanas y meses sin que yo viera á su majestad más que en los días de ceremonia, delante de la corte, rodeada de personas pagadas para escuchar mis palabras; yo no era allí más que la mitad de la monarquía; la reina cubierta de brocados, con el manto real prendido á los hombros, con la corona en la cabeza; una mujer vestida de máscara presentada á la burla de la corte; después de la ceremonia, el rey se iba por un lado con su servidumbre, y la mía me traía como presa á mi cuarto... esto me irritaba.. me indisponía con todo... hasta conmigo misma...; pero anoche... cuando vi al rey delante de ... ¡oh Dios mío! comprendí que le amaba más que nunca, que mi amor no se había borrado, sino que había dormido, que había estado cubierto por mi despecho.

Mientras salvaban la distancia que mediaba entre el soportal y el café, una voz irritada, la misma que había protestado contra la mala educación de aquel pueblo, decía con más cólera aún: ¡Siempre he dicho que no hay perros peor enseñados que los de esta villa! EL SARAO DE LOS SE

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