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Actualizado: 25 de junio de 2025


A me gustan los cangrejos porque son pacíficos, serios, saben los secretos del mar, no ladran ni asustan a las gentes como los perros, que tan antipáticos le eran a Goethe, el cual, sin embargo, no estaba loco». Tenía la preocupación del mundo invisible y de los mitos cosmogónicos, y cultivó los círculos misteriosos de Swendenborg y, del clérigo Terrasson.

Erguime y aspiré con ansia el aire, dando un largo suspiro, que hizo sonreír a la señora de Enríquez y puso seria a Joaquinita. No tardó en venir otra mirada igual, que me hizo el mismo bien. La mano invisible que me apretaba cruelmente la garganta aflojaba los dedos. Luego vino otra, y pude sacar el pañuelo y limpiarme el sudor. Luego otra, y tuve ya fuerzas para sonreír.

Fuera de esto, existían la preponderancia moral, la autoridad tácita adquirida por el largo dominio, la fuerza invisible de la anterioridad. Siempre es fuerte el antiguo, como el novato siempre es débil, con las excepciones que pueden determinar en algunos casos los caracteres.

No mucho; unas veinte hojas en un sobre. Entonces busque usted un momento favorable para poner el sobre en este libro, y hágame una seña para que yo lo busque en seguida y no caiga en otras manos... Estaba yo ruborizada y temblorosa por tener que recurrir a semejantes astucias, y casi me despreciaba al ver que se me ocurrían como si el alma invisible de Luciana me las inspirase.

¿Quién es? pregunta Juan, recorriendo con la mirada el patio, donde no se ve alma viviente. ¿Quién quieres que sea, sino ella? ¿Y no ves nada que indique dónde está? Nada absolutamente... Es un verdadero diablillo, se hace invisible cuando quiere. Y, con el rostro radiante, sigue a su hermano al molino. Pasan las horas. Juan quiere demostrar lo que puede hacer, y trabaja con gran energía.

Pero yo jamás olvidaré que aquella noche, al oír el estertor de un hombre invisible, el horrible maullar de cien felinos y los acentos de terror de un pobre indio, la sangre se heló dentro de mis venas, erizáronse mis cabellos, se estremeció todo mi cuerpo, y lo confieso !tuve miedo!

Callaban los dos, estrechamente abrazados, formando un solo cuerpo, trastornados por el ambiente de poesía con que les rodeaba la noche. Otra vez comenzaron a resonar entre las altas ramas las notas sueltas, los lamentos tiernos del solitario pájaro, llamando al amor invisible.

Dos veces fué ahora á la ventana, abriéndola para ver su exterior y su interior, con la esperanza de encontrar un papel ó cualquier otro indicio del invisible visitante, llegado con el alba y desaparecido al salir el sol. «Es Federico volvió á decirse ; no puede ser otro... Robledo debe saber donde está. ¡Cómo deseo que vuelva al pueblo para hablarle!...»

Acercósele Amaury y quiso besar su mano; pero Magdalena fingió no advertir su ademán a pesar de haber delante un espejo y señalándole a la costurera una arruga casi invisible del corpino, dijo: Hay que quitarla en seguida, porque, si no, tiro en el acto este traje y me visto con el primero que encuentre a mano.

El consejero, con una rudeza militar, le había vuelto la espalda, y tomando la baraja, distribuía cartas. Se reanudó la partida. Desnoyers, viéndose aislado por este menosprecio silencioso, sintió deseos de interrumpir el juego con una violencia. Pero la oculta rodilla seguía aconsejándole la calma y una mano no menos invisible buscó su diestra, oprimiéndola dulcemente.

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