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Actualizado: 31 de mayo de 2025
Aquel peñasco hospitalario, que admite á todas las razas y religiones, colocado entre la España católica, intolerante y fanática por sus instituciones papales, y el África mahometana, intolerante y fanática por resentimiento y por su atraso en la civilizacion; aquel peñasco, digo, me parecía allí, azotado por las ondas balanceándose entre dos mundos enemigos, como una arca de salvación que llevaba en su seno la idea redentora de la libertad, del derecho y la fraternidad!
Se sentirán nacer de nuevo en edad avanzada; notarán que han vivido muchos años sin sentido; notarán que el nuevo ser originado por una tardía transformación se desarrolla intolerante, orgulloso, pidiendo todo lo que le pertenece, lo que es suyo, lo que una vida ficticia y engañosa no le ha sabido dar; pidiendo sentimientos que el viejo ser, el ser inerte, indiferente y frío, no ha conocido. ¡Qué luchas tan terribles resultan de este despertar tardío! ¡Oh, esto es espantoso!
Era un sugeto de excelente corazon, pero de endemoniada cabeza, infatuado con su noble estirpe, intolerante en todo, porque no admitia contradiccion, y energúmeno en su tenaz absolutismo y su odio á las ideas democráticas. El otro marques, mi compañero de viaje el noble demócrata era un tipo enteramente opuesto.
Aunque ese es un turco y Vd. todo un caballero, lo cual explica que Vd. me hable siempre con indiferencia o sequedad, como me consta que no es Vd. hipócrita ni intolerante, sino que tiene Vd. manga ancha y caridad para ciertos pecados, no me cabe la menor duda de que cuando Vd. me trata con el... con el desvío, con la antipatía, que me demuestra, es porque tiene de mí muy mala idea.
Era un ensueño querer guiar al pueblo mansamente, pasito á paso: había que correr, que saltar, derribando lo que aún quedase por delante. Había que tener en cuenta la raza, la herencia triste que pesa sobre este pueblo: su educación intolerante que databa de ayer. En unos cuantos años de vida moderna, que no era propia, sino de reflejo, no se podían extinguir varios siglos de ferocidad religiosa.
Don Antolín había conocido a Gabriel siendo niño y le tuteaba. En el cura ignorante subsistía aún el recuerdo de los grandes triunfos alcanzados por Luna en el Seminario, y al verle pobre y enfermo, refugiado en la catedral casi de limosna, su tuteo de superioridad no estaba exento de cierta admiración. Gabriel, por su parte, temía al Vara de plata, conociendo su fanatismo intolerante.
Visitar a la tal no le parecía digno, habiendo hecho tantos aspavientos en contra suya; pero estar muchos días sin verla y averiguarle las faltas, si las tenía, era imposible. Hubiera deseado verla por un agujerito. Con el sobrinillo no quería la señora dar su brazo a torcer, y siempre se mostraba intolerante, aunque ya con menos fuego.
Andando los tiempos, la clase mas alta del país habia constituido una aristocracia ú oligarquía intolerante y privilegiada, y para destruir su poder el pueblo emprendió una lucha tenaz, que se manifestó por revoluciones mas ó ménos incompletas y poco fecundas en 1830, 41 y 43, hasta triunfar definitivamente en 46.
Aquella aspereza matrimonial de que se hizo mención más arriba se fue poco a poco suavizando. Ni era Bringas intolerante en un grado superlativo, y aunque lo fuese, sabía sacrificar a la paz conyugal alguna parte de sus dogmas económicos.
»Para ellos claustros lóbregos y silenciosos, para nosotros las cristalinas fuentes y verdes arrayanes de los jardines; para ellos la vida triste y recelosa del castillo, llena de privaciones; para nosotros la existencia risueña y tranquila de la academia; para ellos la intolerante y suspicaz tiranía; para nosotros la monarquía clemente y paternal; para ellos la ignorancia popular; para nosotros la instruccion, pública y gratuita; para ellos los yermos, el celibato, el sacrificio, el martirio voluntario; para nosotros los campos fértiles, el amor, la fraternidad, la bienandanza, las comodidades y deleites; para ellos los penosos preceptos de la Iglesia, las enconadas disputas de los concilios; para nosotros los fáciles mandatos de la Sunnah y los entretenidos certámenes de los sabios y poetas.
Palabra del Dia
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