United States or Kuwait ? Vote for the TOP Country of the Week !


Y tan intensamente me embebí en mi contemplación, que me llevé conmigo su imagen hermosa y entera, sin faltar un hilo de sus cabellos ni una ondulación de la seda que vestía su cuerpo y corrí a encerrarme con ella, alborozado, como el artista que en alguna obscura tienda, entre polvo y trastos, descubriese la Obra sublime de un Maestro perfecto. Y ¿por qué no confesarlo?

Subía el rumor soñoliento de los campos hundidos en la sombra: las estrellas parpadeaban intensamente en el cielo invernal, como si el frío aguzase su fulgor. El mozo salió de la plazoleta, y volviendo la esquina del edificio viejo, anduvo por el callejón que quedaba entre la casa y una fila de compactas chumberas.

Ferragut le vió intensamente pálido, jadeante, paseando sus ojos en torno de él con una expresión de animal acosado que piensa aún en la posibilidad de defenderse. Su diestra buscó en uno de sus bolsillos. Tal vez iba á sacar un revólver para morir matando. Un negro cercano á él levantó un madero que empuñaba á guisa de maza.

Tenían la vaga expresión del que ha puesto su pensamiento muy lejos y ve lo que no pueden ver los demás. Recordó á Canterac y á Pirovani, tan intensamente como si los hubiese encontrado el día anterior. Vió después un rostro de mujer sonriendo con expresión maligna. A través del tiempo y la distancia hacía sentir aún la influencia de su paso por este rincón de la tierra.

Se parece a murmuró el conde con tan blando acento que apenas si llegó a los oídos de su amante. Aún más a respondió ésta en la misma voz apagada. Luego, por un movimiento simultáneo, ambos volvieron la cabeza y se miraron larga, intensamente, con amor. Te adoro, Amalia dijo él. Te quiero, Luis respondió ella.

Cuando la sábana hubo caído sobre el lecho, Miguel apareció intensamente pálido, con una luz agresiva en sus pupilas. Ella, creyéndole enfadado por su broma, rió maliciosamente, apoyando las manos en el colchón. El jadear de esta risa entreabría el escote de su bata, dejando ver en perspectiva horizontal el secreto de unas redondeces blancos y trémulas perdiéndose en misteriosa penumbra.

Quitose la levita y arremangose la manga de la camisa; pero cuando vio abierto el estuche del cirujano, y brillaron ante sus aterrados ojos las hojas relumbrantes de treinta instrumentos de suplicio, palideció intensamente y se desplomó, desmayado, sobre una butaca. Algunas gotas de agua con vinagre le devolvieron el conocimiento, mas no la resolución.

La luz del sol era blanca como la de la luna, y la sombra de los cuerpos intensamente negra, pero de vagos contornos. El cielo estaba despejado; la atmósfera diáfana. ¡El sol se hallaba en el mediodía; y, sin embargo, se aproximaba la noche!

Y, en esto, la blandió tan fuerte y tan diestramente, que puso pavor en todos los que no le conocían, y tan intensamente se fijó en la imaginación de Camacho el desdén de Quiteria, que se la borró de la memoria en un instante; y así, tuvieron lugar con él las persuasiones del cura, que era varón prudente y bien intencionado, con las cuales quedó Camacho y los de su parcialidad pacíficos y sosegados; en señal de lo cual volvieron las espadas a sus lugares, culpando más a la facilidad de Quiteria que a la industria de Basilio; haciendo discurso Camacho que si Quiteria quería bien a Basilio doncella, también le quisiera casada, y que debía de dar gracias al cielo, más por habérsela quitado que por habérsela dado.

Influido intensamente por la irresistible fuerza de opinión literaria en favor de la sinceridad narrativa y descriptiva, admitió estas ideas con entusiasmo y las expuso disueltas en la inagotable vena de su graciosa picardía.