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Mandó el Corregidor que se descubriese el rostro, y porfiando a no querer descubrirse, llegó el alguacil y quitóle el pañuelo, y al punto le conoció su padre, y dijo todo alterado: Hijo don Diego, ¿cómo estás desta manera? ¿Qué traje es éste? ¿Aún no se te han olvidado tus picardías?

Y tan intensamente me embebí en mi contemplación, que me llevé conmigo su imagen hermosa y entera, sin faltar un hilo de sus cabellos ni una ondulación de la seda que vestía su cuerpo y corrí a encerrarme con ella, alborozado, como el artista que en alguna obscura tienda, entre polvo y trastos, descubriese la Obra sublime de un Maestro perfecto. Y ¿por qué no confesarlo?

No quería más que tenerla a su lado las últimas horas de la noche, darle algo del postre que sobrase y dormir con ella. ¡Aquélla que sería Nochebuena! La pobrecita no lloraba nunca y era difícil que la descubriese. Además, no habían de ir a registrarle el cuarto.

Por otra parte, don Andrés temblaba al pensar en el furor de doña Inés cuando descubriese que Juanita, con su hipocresía y sus embustes, la había estado engañando, y que en vez de meterse monja se casaba con don Paco, y daba por madrastra a ella, enlazada ya con la familia más noble de toda aquella comarca después de la familia del duque, a la hija ilegítima de una mondonguera.

No quiso Lotario, y allí se quedó dormido hasta que volvió Anselmo, el cual, como halló a Camila en su aposento y a Lotario durmiendo, creyó que, como se había tardado tanto, ya habrían tenido los dos lugar para hablar, y aun para dormir, y no vio la hora en que Lotario despertase, para volverse con él fuera y preguntarle de su ventura. »Todo le sucedió como él quiso: Lotario despertó, y luego salieron los dos de casa, y así, le preguntó lo que deseaba, y le respondió Lotario que no le había parecido ser bien que la primera vez se descubriese del todo; y así, no había hecho otra cosa que alabar a Camila de hermosa, diciéndole que en toda la ciudad no se trataba de otra cosa que de su hermosura y discreción, y que éste le había parecido buen principio para entrar ganando la voluntad, y disponiéndola a que otra vez le escuchase con gusto, usando en esto del artificio que el demonio usa cuando quiere engañar a alguno que está puesto en atalaya de mirar por : que se transforma en ángel de luz, siéndolo él de tinieblas, y, poniéndole delante apariencias buenas, al cabo descubre quién es y sale con su intención, si a los principios no es descubierto su engaño.

»Y, puesto que a y a mis camaradas nos había parecido mejor lo de enviar por la barca a Mallorca, como la mora decía, no osamos contradecirle, temerosos que, si no hacíamos lo que él decía, nos había de descubrir y poner a peligro de perder las vidas, si descubriese el trato de Zoraida, por cuya vida diéramos todos las nuestras.

Los caballeros de la ciudad, por complacer a don Antonio y por agasajar a don Quijote y dar lugar a que descubriese sus sandeces, ordenaron de correr sortija de allí a seis días; que no tuvo efecto por la ocasión que se dirá adelante.

Dos veces repitió estas mismas razones, y dos veces no fueron oídas de ningún aventurero; pero la suerte, que sus cosas iba encaminando de mejor en mejor, ordenó que de allí a poco se descubriese por el camino muchedumbre de hombres de a caballo, y muchos dellos con lanzas en las manos, caminando todos apiñados, de tropel y a gran priesa.

No acierto a ponderarte el miedo que tenía yo de que Lucía descubriese mi indignidad; el recato con que viví para que no comprendiese ella o para que tardase en comprender mis faltas y pecados, y cuánto vigilé para que ningún pensamiento impuro penetrase en la mente de ella; y, lo que es imposible cuando un ser humano es inteligente, para perpetuar en su espíritu la ignorancia de lo malo y de lo vicioso.

Era tierna, sensible, voluble, traviesa, y por efecto de la educación, disimuladora y comedianta como pocas; pero en ocasiones tan ingenua, que no había pliegue de su corazón que ocultase, ni escondrijo de su alma que no descubriese. Por esto, que era sin duda efecto de un anhelo irresistible de libertad, aparecía a veces descomedida y desenvuelta con exceso.