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Actualizado: 15 de julio de 2025


Aquel verle en su trono colocado, Y ahora por el suelo derrocado. Maldita seas, Fortuna, loca, insana, Ingrata, desleal y fementida, Cruel, injusta, pérfida, profana, Invida, desleal, desconocida, Traidora, sin verdad, perra, tirana; Mudable, sin compas, descomedida; Seguid de la Señora sus preceptos Que mas tiene de aquestos epitetos.

El muro del sur, que por el declive del terreno alcanzaba una altura formidable y prodigiosa, internándose sus cimientos hasta una profundidad descomedida, estaba guarnecido con diez y nueve torres, contando las que le flanqueaban en ambos esquinazos, que eran mas voluminosas, y comunes á los dos muros de oriente y occidente.

Cortando luego las corpulentas hayas y los pinos y cedros seculares del Líbano, haciéndolos llevar en hombros de los más robustos varones de las naciones vencidas, como de los refaim, por ejemplo, raza descomedida de gigantes, que casi ladraban en vez de hablar; y trabando entre los leños con arte y maestría, hizo formar Salomón flotantes castillos que resistiesen el ímpetu de los huracanes y el furor de las olas.

Chalonette, pagó con la cesantía su descomedida afición á la farándula, y ya convencido de que nunca será autor, trabaja en una copistería y gana tres francos. Lector, quiero darte un consejo, y es éste: en tus combates por la vida, no temas nunca al hombre de quien sepas que tiene una comedia escrita.

Los agravios se le revolvían en el seno, saliéndole a los labios en esa forma descomedida y grosera de las hijas del pueblo, cuando se ponen a reñir. «¡La cojo y la...! decía para clavándose las uñas en sus propios brazos . ¿Que es un ángel? Pues que lo sea... ¿Que es una santa? ¿Y a qué?...». Pero de los labios para fuera, nada... «¡Qué cobarde soy!

Pero Fortunato hizo valer oportunamente sus derechos y el hijo del abogado tuvo que contentarse con un vals ... Mauricio sentía una instintiva hostilidad hacia aquel mozo tan insignificante, ya porque le hiciese responsable de la cautelosa oposición de su padre, ó ya porque le desagradasen sus maneras familiares con Herminia, y no pudiendo contenerse, hizo observar á la señorita Guichard la actitud un poco descomedida del heredero Bobart.

En éstas y otras comenzó a darme en la nariz un olor muy agradable de fritangas, y con él entró en la sala un rapaz como de seis años, con la jeta muy pringosa y la ropilla estropeada; después otro de igual pelaje, pero de menos edad; enseguida otro menor que los dos; luego una muchachuela rubia, de ojos saltones, muy enjuta de canillas y larga de brazos; tras ella, otra rapaza morena, carrilluda, de ojos negros y gruesas pantorrillas, la cual traía de la mano a un chiquitín muy risueño que se tambaleaba al andar con sus patucas estevadas; y, por último, llegó el muchacho que con su descomedida diligencia había sido la causa de cuanto estaba sucediendo allí.

Era tierna, sensible, voluble, traviesa, y por efecto de la educación, disimuladora y comedianta como pocas; pero en ocasiones tan ingenua, que no había pliegue de su corazón que ocultase, ni escondrijo de su alma que no descubriese. Por esto, que era sin duda efecto de un anhelo irresistible de libertad, aparecía a veces descomedida y desenvuelta con exceso.

Palabra del Dia

godella

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