United States or France ? Vote for the TOP Country of the Week !


Izquierdo les ofreció las dos sillas que en la estancia había, y él se sentó sobre un baúl, poniendo al Pituso sobre sus rodillas. Rafaela cuenta que en aquel momento se le ocurrió un plan infalible para defenderse del monstruo, si por acaso las atacaba. Desde el punto en que le viera hacer un ademán hostil, ella se le colgaría de las barbas.

Vi uno negro, espantoso, que, mirándonos con horrible fijeza, bajó la cabeza con intención hostil y dio algunos pasos... El terror me arrebató de tal modo, que sin saber lo que hacía cogí la fusta y pegué un feroz latigazo a los caballos. El coche partió como un rayo, rompió la línea de curiosos y se lanzó por el campo, en medio del vocerío de la gente.

Sin embargo, esta tierna precipitación no se avenía, por cierto, con su actitud subsiguiente, tan llena de silenciosas reticencias, ni menos con la enigmática aprensión con que había rehuido su caricia. ¿Eran desigualdades de su carácter, simples rarezas, como ella decía? Se sorprendió de no haber puesto la atención, hasta entonces, en la manera casi hostil con que le trataba Raquel.

Y esto en medio de un ambiente hostil, rodeados de ávidas bestias, grandes y pequeñas, que sentían la atracción de su rica carne, y sin otra defensa que el ocultamiento.

Los disparates que habíamos hecho los enmendó la Naturaleza. Contra la Naturaleza no se puede protestar». Miraba el bulto que en la cama hacía Juan Evaristo; pero como su ademán no tenía nada de hostil, Fortunata se iba sosegando. «¡Ya lo que hay aquí! ¡Pobre niño! Dios no ha querido que sea mío. Si lo fuera, me querrías algo.

Poco a poco, las mujeres dejaron de asomarse a la puerta de los Luna para ver a Sagrario inclinada ante la máquina, y la muchacha siguió su vida laboriosa y triste. Gabriel salía poco de la habitación. Pasaba los días enteros al lado de la joven, queriendo reemplazar con su presencia el hostil alejamiento del padre. Le dolía que se viese en su propia casa tan despreciada y sola como en el mundo.

La luna, velada por las nubes, no esparcía ya su claridad sobre el misterio de la noche; la masa negra de los árboles se erguía hostil, y los grupos de plantas floridas no formaban más que sombrías manchas. El alma del jardín había volado.

Al aparecer el intruso, todas las miradas refluyen hacia él, y por cada uno de aquellos semblantes burlones y mundanos de «gente de teatro», pasa el mismo pensamiento, la misma expresión de sorpresa irónica: «¡Un autor novelSiente el mozo en las mejillas el choque, casi hostil, de tantos ojos curiosos, mas no se desconcierta, y confiado, sereno, con esa serenidad risueña que distingue á los fuertes de voluntad, avanza hacia el grupo: ¿El señor X...?

Los oyentes reían, y el capitán Valls, declarando a gritos su calidad de chueta, miraba a todas partes como si desafíase a las casas, a las personas, al alma de la isla, hostil a su raza por un odio absurdo de siglos. Su rostro delataba su origen.

¡Hablar de arrendamientos y de pagas en aquel sitio, cuando entre actores y espectadores se había consumido el aguardiente á cántaros!... Batiste se sintió inquieto. Le pareció que pasaba de pronto por el ambiente algo hostil, amenazador. Sin gran esfuerzo hubiera echado á correr; pero se quedó, creyendo que todos le miraban á hurtadillas.