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Actualizado: 15 de junio de 2025
EL FILÓSOFO. Es decir: nos es cara... a nosotros. ¡Pero Dios haga que ese capital, colocado aquí en oremus, nos proporcione allá arriba la vida eterna! ¡Silencio, el hereje! gritaron. El fraile hizo un gesto despreciativo y continuó: ¡Cuán cara me es vuestra salvación!... porque yo me expongo a pasar días enteros con ese hijo de Satanás, para que Dios no se irrite de vuestras relaciones con él.
La reprendía, le explicaba con escolásticos giros y frases nada comunes, y, por último, la llamaba ignorante y hereje, causándole gran turbación y susto. De repente interrumpe sus lecturas y sus reprimendas, y exclama: ¡Ah! se me olvidaba una parte de mi rezo. Ya se ve, me he distraído con los errores de usted, hija.
Rafael José Cortés de Agustín, alias filoa, negociante de oficio, natural y vecino de esta Ciudad, de edad de sesenta años; reconciliado y preso segunda vez por judaizante relapso: leyósele su sentencia con méritos, fue relajado al brazo seglar con confiscación de bienes, por hereje, apóstata, judaizante, relapso, convicto, impenitente negativo.
Dios me ordena que me arrepienta de mis pecados... ¡Toda una vida! ¡Toda una vida!... ¡Qué lejos suena la campana, apenas se la distingue! He sido siempre un hereje. ¡El mejor amigo del Demonio!... Me habré equivocado y no será la campana de András.
Saca la conversación como puedas, y que se entere bien de la necesidad en que estamos». Moreno ayudará díjole su amiguita, llevándola a otra pieza para hablar con más libertad. No sé... está incomodado conmigo... Esta mañana hemos reñido... La verdad... me enfadé, me tuve que enfadar. Figúrate que esta vez viene más hereje que nunca.
El hermano cura llegó, se encaró con mis verdugos y les preguntó porqué iban a matarme. Por hereje, señor cura, le respondieron: este hombre no cree en Dios, ni es cristiano, ni va a misa, ni respeta a nuestros santos, y es enemigo del padrecito de nuestro pueblo.... Ya supondrá Vd., capitán, lo que el hermano cura les diría.
Y Fonseca y Sepúlveda querían que «el clérigo»las Casas dijese en sus disputas algún pecado contra la autoridad de la Iglesia, para que los inquisidores lo condenaran por hereje.
Demos gracias a Dios de que ya no se quema vivo a nadie por tales motivos y de que cualquiera puede ser ya impunemente hereje y hasta brujo; pero no acusemos a los españoles del siglo XVI ni a su monarca don Felipe II, de más fanáticos y crueles que a la demás gente de su época. Como cierto y aun como evidente pongo yo lo antedicho.
Nada más quiso oír el gran inquisidor de Felipe II; agarrándose la cabeza gritó: ¡Una hereje en el trono de Carlos V! ¡Una hechicera, llamada Ena, usurpando la corona de Isabel de Castilla! ¡Oh Dios mío, apiádate de tu desgraciada España, apiádate de tu desgraciada ahora y otrora tan fiel y gloriosa España! Y se retiró a su aposento con lágrimas en los ojos y fuego en los labios.
Mariana Miró, mujer de Rafael Ventura Cortés, de oficio platero; natural y vecina de esta Ciudad, de edad de cuarenta y tres años, cuando murió el año pasado de 1678 estando presa en este Santo Oficio por delitos de judaismo: salió al Auto en estátua, con insignias de reconcialiada: leyósele su sentencia con méritos, declaróse haber sido hereje, apóstata, judaizante y haber muerto en estado de ser absuelta, reconciliada en forma, con confiscación de bienes.
Palabra del Dia
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