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Actualizado: 28 de mayo de 2025


Tras esto, quedaron los dos en silencio, como si el recuerdo de la esposa de Sánchez Morueta hubiera hecho pasar entre ellos algo que helaba las palabras y cohibía el pensamiento. Aresti se levantó para subir al despacho de su primo. Por la escalera no dijo el capitán. Sube por ahí: es la escalerilla interior y llegarás más pronto. Hasta luego: yo también soy de la cuchipanda.

En ese momento sentí que algo se helaba en y tomaba la rigidez de una piedra; en ese momento, la esperanza murió en , y con ella la fe en misma, la creencia en la dicha y en el bien. Una gran calma reinó en todo mi ser. La muerte, que se cernía sobre la cama, había tocado también mi cuerpo con sus negras alas.

Tenía la mesa al pie de los cuatro relojes que sustenta el ángel de la Fama en el centro del gran salón cuadrado, con sus enormes espejos de fantásticas perspectivas y sus dorados, obscurecidos por el humo y la luz crepuscular que desciende por la alta linterna como una inmensa cripta. Rafael bebió, sin saber ciertamente el contenido del vaso; un veneno tal vez que le helaba el corazón.

Sintió el joven que la sangre se helaba en sus venas y quedó un momento inmóvil, como clavado en el suelo, mudo de estupor, inconsciente de cuanto le rodeaba; luego se repuso un tanto y al volver a darse cuenta de lo que había pasado alzó a Magdalena como una pluma y la llevó en sus brazos lejos de aquel salón en el que se saboreaba una felicidad que podía costar tan cara.

No cuanto tiempo haría que me hallaba allí, sin preocuparme del frío que me helaba la cara, cuando vi llegar hacia a mi al dulce objeto de mi ternura, como diría el poeta. El tal objeto parecía melancólico y de muy mal humor.

Sólo la voz de Juan vibraba en el silencio de la noche saludando a la Madre de los Desamparados. Y su canto, más que himno de salutación, parecía un grito de congoja algunas veces; otras, un gemido triste y resignado que helaba el corazón más que el frío de la nieve.

En su mirada lánguida se veia contínuamente prematuro cansancio: en su frente cubierta de pelo no se adivinaba la inteligencia, pero allí estaba, y esto es lo principal; en sus labios desdeñosamente plegados, una sonrisa fria helaba de pena á sus amigos, que le miraban harto del mundo sin conocerle, incrédulo sin creerlo él mismo, holgazan con terrible trabajo, murmurador sin interés y perdiendo lastimosamente el tiempo con la serenidad del que se las echa á correr con un chiquillo y le dice: «Anda, llévame un cuarto de hora de delantera, que yo te alcanzaré ántes de cinco minutosAdolfo Malats, la memoria más feliz, el juicio más hábil para tropezar en una cosa con el defecto, la imaginacion más ingeniosa del mundo, uno de los hombres que tienen más talento para encerrar un tomo en una frase, para estarse una semana contando cuentos que nadie sabe, era el año de la fundacion del nido un hombre de mucho talento que no habia encontrado todavía el sentido comun.

»Yo apenas me sentía con fuerzas para hablar; mis ojos se cerraban; el frío de la muerte helaba la sangre de mis venas. »Pues bien repliqué trabajosamente; recupera esos bienes por los que lo he sacrificado todo. Cuatro horas más, y renuncio al oro, a las riquezas que tanto ambicioné. »Conforme dijo entonces Yago. Has sido un buen amo para , y debo hacer algo en tu obsequio.

Esa singular importancia política y social de los cafés en España me hizo reflexionar un poco. Ella data de los tiempos del gobierno constitucional, de manera que es una institución muy moderna. ¿Es un bien, ó es un mal? me preguntaba yo. Desde luego que el café convertido en club tiene sus ventajas: tiende á suprimir ese aislamiento que helaba á la sociedad española, y la enervaba y mantenía en la impotencia moral é intelectual; distrae de la tentación del juego, tan general en España (por causa de las instituciones), y es un gran elemento de fusión de las clases sociales y de organización libre de la opinion pública, opuesto á las trabas que la encadenan bajo formas mas generales y ostensibles. Puesto que la ley amordaza la prensa y la tribuna, el café es un bien relativo que contrabalancea un poco la represion. Pero el café, tal como está organizado en España, tiene también su lado malo.

Ramón sintió que se le helaba la sangre de horror y de vergüenza... Su madre se puso a llorar... Y exaltándose más y más en su dolor, repetía el señor: ¿Cómo has podido hacer eso, miserable? ¿Cómo has podido dejar de llamarnos a tiempo siquiera, canalla, desagradecido?

Palabra del Dia

ciencuenta

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