Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 28 de mayo de 2025
Respondió que no más de aquella que le obligaba a ser agradecida a quien se había querido humillar a ser gitano por ella; pero que ya no se extendería a más él agradecimiento de aquello que sus señores padres quisiesen.
Mírame bien añadió el gitano poniéndose la punta de su índice en la frente amplia y despejada , mírame bien, para que te acuerdes del condenado y de su clemencia; pero como mañana podrías creer que se trataba de un sueño, he aquí lo que te probará la realidad de tu visión. ¡Adiós, valiente!
Por fin el gitano se arrancó de los dos brazos que le estrechaban amorosamente, puso el pie en la escala de seda y la subió con su acostumbrada agilidad. La monja, sentada al pie de la palmera, seguía todos sus movimientos con la mirada inquieta. Hasta la noche decía ella , hasta la noche, dueño mío, amor mío.
Las dos escampavías que habían salido a la caza de la figurada tartana del gitano, bailaban sobre aquella sima abierta.
Oiga, padre mío dijo el hombre víctima de la distracción de Flores, el hombre de la evacuación sanguínea , oiga, ¿es una buena acción librar al mundo de un pagano? ¡Se gana el Cielo, hijo mío! Gracias, padre mío y se alejó. En aquel momento, el gitano había descendido de su caballo, y permanecía absorto en sus reflexiones, mientras que los negros acababan el desembarque.
Una cosa bien singular dijo en voz baja el tratante en ganados , es que Pedrillo, mi cabrero, me ha asegurado haber visto un bote de la embarcación del gitano abordar a lo largo de las rocas donde está construido el convento de San Juan, y que... ¿Y qué? dijeron todos a la vez. Y que el condenado había entrado en el santo lugar. ¡Jesús! ¡Virgen santa! ¡qué horror! dijo la multitud persignándose.
Esta increíble maniobra no podía intentarse más que con un navío tan velero y de una marcha tan segura; porque antes que las dos escampavías se hubiesen colocado de popa al viento, el gitano bordeaba ya el promontorio, que le ocultaba a los ojos de los españoles, ocupados aún en orientarse. Es en este lugar donde los habitantes de Santa María le perdieron de vista.
El gitano había vuelto á colocarse junto á su caballo y le miraba desde lejos, agitando la cuerda del ronzal como si le llamase. Batiste se aproximó lentamente, simulando distracción, mirando los puentes, por donde pasaban como cúpulas movibles de colores las abiertas sombrillas de las mujeres de la ciudad. Era ya mediodía.
De modo que una vez que hubo adoptado esta desgraciada idea, creyó ciegamente todas las tonterías y todas las mentiras que Santiago tuvo a bien contarle. ¿Y el gitano? preguntó el capitán.
El gitano, ser salvaje dentro de la sociedad, es un prodigio de agudeza, un archivo de triquiñuelas jurídicas y un burlador hábil de la Policía. El vago adolescente, otra manera de salvaje, sabe más mundo y más Economía política que los doctores recién incubados en la Universidad.
Palabra del Dia
Otros Mirando