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Actualizado: 4 de junio de 2025
La señora... o más bien Margarita de Schminspaen, era sirvienta, y yo lacayo, en Bruselas, en casa del conde de Bruinsteen, un hombre gastado y loco que se pasaba ocho meses del año en su sillón, paralizado por la gota. Margarita, por medio de halagos y adulaciones, lo tenía dominado por completo.
Yo me he visto obligada á contenerme un poco, pues acabo de renovar mi mueblaje del salón; en alfombras y tapices he gastado como quince mil francos. Es demasiado lujo para un pobre rincón de provincia, me dirá usted, y es muy cierto... Pero toda la ciudad está muy humilde con nosotros, y á todos nos gusta ser respetados, ¿no es así, señora?
Me tiene a mí, que llevo gastado un porción de dinero por darle carrera, pero necesita un padrino si ha de ir adelante, y nadie mejor que usted. ¡Si usted quisiera dirigir una novillada en la que matase el chico!... Iría la mar de gente: yo correría con todos los gastos. Esta facilidad para «correr con los gastos», ayudando al chico en su carrera, había ocasionado grandes pérdidas al tabernero.
Amparo, hija mía la dije tu gran corazón te atormenta: ¡crees que he hecho un sacrificio inmenso... que te he sacrificado mi libertad! no... te engañas: estoy muerto para el amor, para ese amor ardiente que nos embriaga y nos arroja a los pies de una mujer... no, hija mía, no; eres demasiado pura para que mi corazón, gastado ya, pueda amarte más que con ese otro amor desinteresado de la amistad; si no hubieras pretendido entrar en un convento, yo... nada te hubiera propuesto: te hubiera tratado como un hermano y nada más: el día en que te hubieras casado con un hombre de tu elección hubiera sido completamente feliz.
El pobre Príncipe, hijo tardío de padre gastado y madre moza, muestra ya en la escasa coloración del rostro y en lo débil del cuerpo que no había de llegar a ceñirse corona. La cara y manos están hechas con singular fineza, estudiadas hasta el extremo, contrastando sus tintas delicadas y pálidas con los distintos rojos de la ropa, el sillón y los cortinajes del fondo.
No se me oculta que, en el órden regular del servicio, debiera yo esperar órden de V. E. para retirarme: pero, de haberlo verificado, hubiera sido preciso esperar tres meses, en cuyo tiempo me hubiera quedado sin animales, se hubieran gastado al pié de 2,000 pesos, y se hubiera privado á la Provincia del trabajo de la peonada, y á las mugeres é hijos, de maridos y padres, cuyos perjuicios no quize que gravasen mi conciencia.
No hay ninguna mentira, mi padre prosiguió Godfrey . Yo no hubiera gastado el dinero para mí; pero Dunsey me presionó tanto que hice la tontería de entregárselo. Pero yo tenía la intención de entregároslo, que él me lo devolviese o no. Eso es todo. Nunca pensé en apropiarme ese dinero. Jamás me habéis sorprendido haciéndole una mala partida a mi padre. ¿Dónde está Dunsey, entonces?
Cuatro años estuvimos en aquel pueblo, pero nuestro Adelantado D. Pedro de Mendoza , se hallaba tan enfermo que no podia mover pié ni mano: por lo cual, así como por haber gastado mas de 40,000 ducados efectivos en esta jornada, se volvió á Buenos Aires en dos de los cuatro bergantines, con 50 soldados, y desde allí á España: donde no llegó, por haber muerto miserablemente á la mitad del camino; y en su testamento mandó se enviase mas gente al Rio de la Plata, con bastimentos, mercaderias y otras cosas necesarias, como lo habia ofrecido antes de partir.
He hecho mentalmente el balance de mis fondos, y resulta que en el trascurso de dos meses, algo menos, he gastado sobre dos mil reales con que llegué á Paris, más dos billetes de á mil francos, sin contar cerca de cien duros que nos costó el viaje. De modo que desde nuestra salida de Madrid, hemos gastado, sobre seiscientos duros, la mitad exacta del capital que destinamos á la expedicion.
Yo, señor de Tragomer, si uno de mis hermanos hubiera sido víctima de una maquinación semejante, no hubiera tenido ni un instante de descanso hasta hacer proclamar su inocencia; hubiera gastado para ello mis fuerzas, mi inteligencia y mi fortuna, pero no hubiera dejado al inocente en presidio aunque tuviera que arrancarle de él á la fuerza con una cuadrilla de filibusteros...
Palabra del Dia
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