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Actualizado: 17 de mayo de 2025


Muchas noches no quería quedarse en Jerez, y emprendía una marcha de más de una hora para ir a la viña en busca de las lecciones de don Fernando. Los domingos dedicábalos por entero a su maestro, al que adoraba con una pasión igual a la de su padre.

Y, en diciendo esto, don Fernando y todos los demás se le ofrecieron, con todo lo a ellos posible para servirle, con palabras y razones tan amorosas y tan verdaderas que el capitán se tuvo por bien satisfecho de sus voluntades.

La Constitucion española, jurada en Cádiz por Fernando VII, fué publicada por Monteverde el 3 de Diciembre y adoptada, cinco dias mas tarde, por el pueblo y el clero.

Fernando sonrió, algo asombrado de la naturalidad con que don José hacía esta declaración. ¡Qué cinismo tranquilo!... Y quiso acompañar su risa tocándole en el pecho con un dedo, pero se detuvo al ver su gesto de sorpresa. Se equivoca usted, señor Ojeda. Yo soy un indigno pecador en muchas cosas... menos en ésa. Tengo mis defectos, como todos los hombres, pero lo que usted cree... ¡nunca!

Escriben algunos autores que don Fernando el Católico solía decir: los veranos se han de tener en Sevilla y los inviernos en Burgos; y es de suponer que esto sólo lo diría, en lo que respecta á nuestra ciudad, refiriéndose á las comodidades de las antiguas casas con sus patios, sus fuentes y sus pisos bajos, porque en otro respecto no creemos que dijera ninguna gran cosa su alteza.

El mismo don Fernando afirma que su padre, así como fue ascendiendo en fama, tuvo empeño en «que fuese menos conocido y cierto su origen y su patria»... Reconoce que el Almirante era genovés, porque así lo afirmaba él; pero se nota en sus palabras cierto misterio.

Mejor se está aquí, Fernando... ¡Bendito sea el calor!... Pero hay que reconocer la importancia de esa invención, que pone el frío al servicio del hombre y permite morir congelado lo mismo que en el Polo estando en pleno Ecuador.

Es cierto que Fernando el Católico sacó de poder de moros el reino de Granada: que con su política hizo presa de Navarra: que en su tiempo fueron conquistadas las Islas Canarias, descubiertas en el reinado de Enrique III: que ayudó la empresa de Cristóbal Colon para el descubrimiento del Nuevo Mundo profetizado por Séneca en uno de los coros de su Medea : que incorporó la ciudad de Cádiz i el marquesado de Villena en su corona: que confiscó el condado de Pallas: que restituyó al condado de Barcelona el Rosellon i Cerdania, empeñado por don Juan II de Aragon al rei Luis XI de Francia: que conquistó á Mazalquivir, Oran i Bujía: que defendió de los franceses el reino de Nápoles; pero hai un error, i á mi parecer grande en todos nuestros historiadores al narrar las vidas de los reyes, i es que miden las buenas acciones de ellos i el provecho que con el buen gobierno dieron á sus vasallos por las batallas que vencieron, por las ciudades que ganaron, i por las glorias que en sus empresas militares consiguieron.

Miraron todos a Currita con grande extrañeza y aire de pregunta al saber la marcha de Jacobo, y Villamelón, suspendiendo por un momento la actividad febril con que manejaba el trinchante de oro macizo, regalo de Fernando VII, dijo con voz lastimosa: ¡Jacobo anda mal y me da pena!...

Y me despido hasta mañana, porque ya es tarde y me voy a dormir. ¡Buenas noches... o buenos días! Los labios de don Fernando parecieron desplegarse en el retrato, mientras en la misma habitación decía vagamente una voz engolillada: Dios te ayude, hijo mío. Al oír esta voz, estremeciose Pablo, alarmado. Debo de tener fiebre pensó.

Palabra del Dia

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