United States or Liberia ? Vote for the TOP Country of the Week !


Al comenzar la Salve rompió el órgano en formidable trompeteo, y empezaron los cantores. La voz del tiple era chillona y femenina, la del bajo ronca y apagada; el barítono cantó un solo que parecía de personaje celoso en ópera italiana.

No murió tu esplendor, y en la noche del hoy aún eres tea que camina en la nada del misterio del alma femenina, un fantasma esparcido en su psicología tenue y fina, aroma desprendido del dolor de un poeta, que te dejó al morir, para que en la carrera empuñases muy alto su bandera y llegases por él hasta la meta antes de sucumbir.

No había la menor señal de lucha ni de pánico, todo en perfecto orden; y faltaban todos. ¿Qué pasó? La noche que aprendí esto estábamos reunidos en el puente. Ibamos a Europa, y el capitán nos contaba su historia marina, perfectamente cierta, por otro lado. La concurrencia femenina, ganada por la sugestión del campo de batalla presente, oía estremecida.

Tenía, sin embargo, notable aptitud y tino para conocer y admirar la belleza femenina, y hacía ya meses que, casi sin reparar en ello y muy involuntariamente, cuando estaba de tertulia con el escribano y el boticario y con otros señores en los poyos que había junto a la fuente, sus ojos se fijaban con amorosa delectación en Juanita la Larga, que aún solía venir a llenar su cántaro y a estar allí de charla con las otras muchachas mientras que le llegase su turno.

Por la rama femenina los Porreños se quedaron sin sucesión, lo cual hacía que el viejo Marqués, en sus accesos de melancolía, se pusiera á llorar como un niño, presagiando el triste fin y acabamiento de su gloriosa casa.

Primeramente, todo el edificio social tiene que derribarse, y reconstruirse todo de nuevo; luego, la naturaleza del hombre tiene que modificarse esencialmente antes de permitírsele á la mujer que ocupe lo que parece ser una posición justa y adecuada; y, finalmente, aun después de allanadas todas las otras dificultades, la mujer no podrá aprovecharse de todas estas reformas preliminares hasta que ella misma haya experimentado un cambio radical, en el cual, quizá, la esencia etérea, que constituye el alma verdaderamente femenina, se habría evaporado por completo.

Refiriéndose a ese árbol genealógico, el primer almirante fué don Manuel de Castilla, el segundo don Cristóbal de Castilla Espinosa y Lugo, al cual sucedió su hijo don Gabriel de Castilla Vázquez de Vargas, siendo el cuarto y último don Juan de Castilla y González, cuya descendencia se pierde en la rama femenina.

Gozaba tanto las delicias del baño, que lo repetía tres y más veces, hasta que el agua quedase cristalina como al salir de la fuente; amaba las flores, los pájaros; no tenía más placer que consultar con el cristal del espejo los adornos que le sentarían mejor. Los trajes, por atracción irresistible, siendo masculinos, se acercaban cuanto era posible a la forma femenina.

Hemos trabajado ya bastante, fundando a Roma, y nos hemos ganado un descanso apacible. ESCIPIÓN. Por desgracia, señores, no hay nadie entre nosotros que conozca bien la psicología femenina. Ocupados en guerrear y en fundar a Roma, nos hemos embrutecido, hemos perdido la elegancia en el trato social y hemos olvidado completamente lo que es una mujer.

Don Juan se dio en seguida a pensar en lo bonita que estaría aquella mujer envuelta en una bata lujosa, lánguidamente tumbada en una butaca, o vestida de baile con los brazos desnudos, ceñido el cuerpo en sedas y encajes, o mejor aún, en el momento de lavarse y peinarse, que es el instante más favorable para saber si la belleza femenina está en aquel punto de sazón y frescura que la hace ser la obra maestra de Dios.