United States or Papua New Guinea ? Vote for the TOP Country of the Week !


Platel continuó: No sabría expresar hasta qué punto soy esclavo de la belleza. Los tonos armoniosos son para sinfonías exquisitas que me encantan, en tanto que la reunión de ciertos colores y formas hacen rechinar mis nervios como el chirrido de una sierra al cortar la piedra.

Reuníanse en su casa los sugetos de mas fino trato de Babilonia, y las mas amables damas; servíanse exquisitas cenas, precedidas las mas veces de academias, y que animaban conversaciones amables, en que nadie aspiraba á echarlo de agudo, que es medio certísimo de ser un majadero, y deslustrar la mas brillante tertulia.

Las sandías de los navazos, en particular, son exquisitas, y algunas de ellas de tales dimensiones que bastan dos para la carga de una caballería mayor. ¡Vaya si está hermoso el navazo del tío Pedro! dijo la tía María . No parece sino que lo riega con agua bendita. El pobrecito siempre está trabajando; pero bien le luce.

La gran selva, que tan sombría y severa se presentaba á los que allí traían la culpa y las angustias del mundo, se convirtió en compañera de los juegos de esta solitaria niña. Se diría que, para divertirla, había adoptado las maneras más cautivadoras y halagüeñas: le ofreció bayas exquisitas de rojizo color, que la niña recogió, deleitándose con su agreste sabor.

Venían del otro lado de la tierra con la fe sencilla que realiza los grandes milagros de la Historia; y mientras tanto, el príncipe Lubimoff, que, en fuerza de rebuscar ideas superiores y sensaciones exquisitas, había acabado por no creer en nada, estaba allí, en una baranda de su jardín, calculando el medio más seguro de matar á un hombre, un hombre útil, igual á estos que pasaban.

Este es el arte con que los he desentrañado, y asegurándome de las exquisitas noticias que pueden desearse para la mayor empresa, sin que por medio de gratificacion, ni embriaguez, ya medio rematados, ni otro alguno, jamas lograse de ellos cosa á mi intento, antes una gran cautela en todas las conferencias que sobre el particular tenia con ellos, cuidaba de encargarles el secreto, que les convenia guardar, pues sus antepasados, como hombres de experiencia y capacidad, sabian bien los motivos de conservarlo.

En cambio llevamos á América nuestra propia cultura europea y cristiana, y llevamos el café, la caña de azúcar, el caballo, la vaca, el carnero, el trigo, las frutas exquisitas de Europa y de Asia, y otras mil cosas excelentes que por allí no había.

Cabalmente me parece Adriana el tipo de esas muy exquisitas mujeres porteñas que nadie conoce, finamente disfrazadas de superficialidad, pero mucho más sutiles que las mujeres de otros países. Hasta la maldad resulta en ellas una pura apariencia, un velo necesario para ocultar la preciosa alma incomprendida.

Porque D. Nicolás, lejos de poseer una esposa bella, laboriosa, inteligente, como Teruel, tenía por compañera un endriago. Le llevaba diez ó doce años de edad, era fea, achacosa, impertinente, ridícula. Y á cambio de estas cualidades exigía que se la adorase, que el bueno de su marido la mimase todo el día, le prodigase las caricias más subidas y exquisitas.

Y como si continuase en voz alta esta conversación interior, se inclinaba con ternura hacia su vecina, le prodigaba toda clase de finas atenciones y la hacía objeto de sus más exquisitas galanterías, cuya forma algo anticuada descubría que no habían servido mucho desde los tiempos de su juventud.