Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 26 de junio de 2025
Y efectivamente, Amaury pronunció estas palabras con tal acento de pasión, que Magdalena sintió estremecerse todo su cuerpo. ¡También yo dijo, apoyando la frente en el hombro de su novio, también yo te amo! Amaury cerró un momento los ojos, sintiéndose desfallecer, ebrio de dicha. ¡Dios mío! dijo.
La espera pareció larguísima, hasta que en el fresco silencio sonaron muy lejanos los graves tintineos de unos cencerros. ¡Ya venían! ¡Iban a llegar!... Aumentó el estruendo de los cobres, acompañado de un galopar confuso que hacía estremecerse el suelo. Pasaron al principio algunos jinetes, que parecían gigantescos en la obscuridad, a todo correr de sus caballos, con la lanza baja.
Al calentarse, la piedra preciosa se convertía en imán. Un pedazo de papel colocado á unos cuantos centímetros lo atraía con irresistible revoloteo. A continuación frotaba una de aquellas joyas exóticas y falsas con gruesos vidrios tallados, y el pedacito de papel quedaba inmóvil, sin estremecerse bajo los efectos de la atracción.
¡Qué triunfo dar con ella la vuelta a la plazuela, cordialmente saludados por todo el mundo; pasear su sencillo traje negro con tanto orgullo como sus galones de oro; sentir su brazo estremecerse sobre el suyo y envolverla en esa tierna mirada de los hijos que hace fundirse el corazón de las madres!... ¡Querida tía Liette! Ninguna imagen la borraría jamás.
¿Y cómo le pondríais á prueba? Perdonad; pero al sólo pensamiento de perderos, pasan por mí horribles tentaciones. No... no moriréis... dijo Dorotea extendiendo hacia don Juan una mano y dejándosela besar. Dorotea sufrió sin alterarse, sin estremecerse, los apasionados besos de que don Juan cubrió su mano.
Su voz había adquirido un timbre siniestro, lúgubre que hacía estremecerse al estudiante. Llamado por los vicios de los que las gobiernan, he vuelto á estas islas y, bajo la capa del comerciante, he recorrido los pueblos.
Disponíase a tranquilizar a la moribunda deslizando un juramento en su oído cuando se oyó una campanilla que le hizo estremecerse y quedar como clavado en su sitio. Era el sacerdote que volvía en compañía del sacristán de San Felipe de Roule y de dos monaguillos para administrar a Magdalena los últimos sacramentos. Todos callaron al sonar la campanilla y se postraron de hinojos.
Leonora aún estaba allí. La esperaría en el camino del huerto; había que aprovechar la mañana. El campo parecía estremecerse bajo los primeros besos de la primavera.
Nada de morirse... no hable V. de eso ya. Lo que importa ahora es dar pronto con un simón... Vamos adelante... ¿qué es eso; tropieza V.? Sí, señor; creo que he dado contra la columna de un farol... ¡Como soy ciego! ¿Es V. ciego? preguntó vivamente el desconocido. Sí, señor. ¿Desde cuándo? Desde que nací. Juan sintió estremecerse el brazo de su protector; y siguieron caminando en silencio.
«Entró hablándola en el tono regocijado y cariñoso que de ordinario usaba con ella; y bastó a la pobre niña conocer su luz, para lanzar un grito y estremecerse como si la hubiera sacudido una corriente eléctrica. Vivía la infeliz indudablemente bajo el peso de una idea terrorífica, que se embravecía con el recuerdo o la presencia de determinadas cosas y personas.
Palabra del Dia
Otros Mirando