Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 17 de octubre de 2025
Contamos con buenos elementos, la inmensa fortuna de usted, sus grandes relaciones, su tenacidad y su inteligencia. Y si usted me lo permite, añadiré mi valor y mi voluntad. Sí, por cierto, querido Cristián, exclamó Marenval estrechando las manos del joven. Entre los dos realizaremos nuestro fin. Yo seré silencioso y circunspecto, lo prometo. No tendrá usted que llamarme al orden. Está bien.
Había olvidado por completo que le estaba prohibido tomar parte en la lucha. Al ver aquello volví a reírme, salté al suelo y poniéndole la mano en el hombro le dije: A casa y a la cama, viejo mío. Tengo que contarle a usted la historia más graciosa que ha oído en su vida. Se volvió, absorto, y exclamó, estrechando mi mano: ¡Salvado! ¡Salvado! Pero en seguida refunfuñó como acostumbraba.
Parecía tan consternado como ese personaje de los cuentos de hadas, que ve sus diamantes trocados en avellanas. Me levanté algo avergonzada, pues le había engañado abominablemente. ¡Oh, Reina!... comenzó. Mi querido cura exclamé yo estrechando a Peveril del Pic contra mi corazón, ¡dejadme continuar, os lo ruego, os lo suplico! Reina, mi Reinita, nunca hubiera creído eso en ti.
Por desdicha, pasaban los meses y no venía ninguna compañía dramática. La poesía fué estrechando más y más la amiganza entre Novillo y Apolonio. Novillo celebraba mucho los poemas amatorios de Apolonio, y siempre que componía uno nuevo se lo pedía para «empaparse» en él, decía, leyéndolo a solas.
»Juanita respondiome con voz conmovida y estrechando mis manos: no me lo pregunte, no me pida explicaciones; no le podré satisfacer. »Así, pues, ¿conoce usted eso secreto? »Sí, me lo ha revelado, pero no como al amigo, sino como al ministro del Señor... y bajo el secreto de la confesión. »Una sola palabra le dije: ¿sigue amándome aún? »Más que nunca. »¿Está libre?
Sí, Mabel, otra vez estamos de vuelta le dije, estrechando su mano entre las mías y mirándola a los ojos. ¡He descubierto el secreto de su padre! ¿Qué? gritó con ansiosa sorpresa, ¿lo ha descubierto? Dígame lo que es... dígamelo insistió sin aliento.
La canal del N era muy frecuentada hace cuatro ó cinco años; pero con el tiempo se ha ido estrechando, y en el medio se ha formado un pequeño banco que la hace de dificil acceso. A mas de esto las corrientes llevan con fuerza hácia á la costa, de modo que esa canal no se puede seguir sino con embarcaciones menores.
¡Soy yo, hermano mío!¡soy yo! dijo Montiño, estrechando las manos al arcipreste. ¡Allí! ¡allí! dijo el moribundo, extendiendo el brazo hacia el fondo de la alcoba de una manera vaga y penosa. Sí, sí; no te fatigues, hermano mío: allí está el cofre que encierra la fortuna de Juan. Sí dijo el moribundo.
Pero, la señora, estrechando la hermosa cabecita de virgen contra su seno opulento, protestaba: no, la buena era ella, su hija, su Nanita adorada; a ver, que vinieran todos los ángeles del cielo y todos los santos del almanaque a competir con ella; ¿a que se volvían avergonzados de la derrota?
Al sentir Juan acariciado el rostro por el cosquilleo del pelo de Cristeta, dio al olvido la pregunta que hizo, la respuesta que esperaba, hubiera olvidado hasta la gloria si entonces se la hubiesen ofrecido, y estrechando contra el pecho la cabeza de su amada y pegando los labios a su oído, le dijo: Iremos donde quieras, solos... o con tu chico..., yo seré su..., lo que tú mandes, ¡alma mía!
Palabra del Dia
Otros Mirando