Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 9 de junio de 2025


Y hoy sus huesos dispersos, En la estéril llanura, Blanqueados por los cierzos, Se estiman mas que el oro Y forman el tesoro Del mundo de Colon. Si existe una creencia Y un pabellon triunfante, Si es libre la conciencia, Si en libro de diamante Se esculpen altos hechos, Debémoslo á los pechos Que el hierro atravesó.

Pues tan verdad como los Evangelios es esto que estoy diciendo. En otra ocasión me enfadaría dijo la madre al ver la exageración de tu benevolencia. Hoy mi espíritu está quebrantado: anhelo la tranquilidad y te perdono. ¿No me deja usted decir otra cosita que me falta? Acaba de una vez. Yo quiero ver a Inés. ¡Verla! exclamó con enfado doña María . Mis hijas no estiman sin duda su dignidad.

Siempre te estimé aunque seas de Entralgo, porque los mozos plantados y valientes como se estiman... vamos... y parecen bien donde quiera que vayan. Eso está bien hablado, Toribio le contesté, y si hubieras, hablado siempre así yo no hubiera alzado el garrote. Quino y Celso, que le habían estado mirando con estupor durante el relato, soltaron al cabo una estrepitosa carcajada.

Es allí donde se hacen y deshacen ministerios, que no debieran tener su cuna ni su tumba sino en el seno de la opinion nacional. Y á decir verdad, hay casas entre las gentes de la Corte á donde las familias que se estiman no van jamas ó van muy rara vez y por necesidades de etiqueta.

Tampoco carecen ellos de sentimientos de honor, tambien estiman en mucho su propia dignidad; saben distinguir entre una palabra dicha con designio de zaherir, y otra escapada sin intencion ofensiva, y sin embargo ellos no ven nada de lo que el encolerizado ve con tanta claridad; y si se sonrien, esa sonrisa es causada, no por la humillacion que él se imagina haber sufrido, sino por esa terrible explosion de furor, que no tiene motivo alguno.

Tiene usted gusto en atormentar a los que le estiman... y miente usted... Nada es más cierto, se lo juro. Ya le he dicho en otra ocasión, y no hace mucho tiempo, que me sentía atraído, no por la idea de ser alguien, que me parecía sin sentido práctico, pero por el deseo de producir algo, única excusa, a mi juicio, de nuestra mísera existencia. Lo dije y traté de realizarlo.

Esta señal nos confirmó en que alguna cristiana debía de estar cautiva en aquella casa, y era la que el bien nos hacía; pero la blancura de la mano, y las ajorcas que en ella vimos, nos deshizo este pensamiento, puesto que imaginamos que debía de ser cristiana renegada, a quien de ordinario suelen tomar por legítimas mujeres sus mesmos amos, y aun lo tienen a ventura, porque las estiman en más que las de su nación.

Así hace argüir el amor propio, ó de esta manera: Yo no quiero á mi enemigo: los demas dicen que él es justo, piadoso y bueno: luego yo no amo á lo que es bueno y justo: luego pierdo de mi estimacion para con los demas. O de esta forma: Lo bueno y justo es estimable: luego si los demas tienen á mi enemigo por bueno y justo, le estiman; si le estiman, no me aman, &c.

Dicho esto por adelantado, volvamos atrás otra vez, y digamos por qué Margarita había aceptado la herencia de aquella que bien sabía había sido su enemiga, y que, más que por caridad, por grandeza de venganza la había instituido su heredera; sin contar con que podía ser muy bien que no a ella fuese a quien heredada dejaba, sino a Cervantes, que, como debía presumir, con ella había de casarse; y como Margarita sabía harto bien cuán dura y terrible es la mano de la miseria, y cuánto por esto, como porque con el oro todo se tiene, las riquezas en el mundo se estiman, y acaso por aquellas riquezas que heredaba, con ella Cervantes se casaría, puesto que su obligación, si no su amor, fuese empeño bastante para que por esposa la tomase, la herencia aceptó; y desde el punto y hora en que hubo sepultado a doña Guiomar, a buscar se echó desalada a Cervantes por cuantos medios le fue posible, y servida por la discreta Florela, que con ella se había quedado, como si una parte de la herencia hubiese sido.

Y si le estiman, todo el caso que hagan de él no aumentará en un escrúpulo, en un átomo, la importancia que él se atribuye. En lo antiguo, entre los gentiles, era muy frecuente esa preocupación que tienes ahora.

Palabra del Dia

ayudantes

Otros Mirando