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Actualizado: 24 de julio de 2025


Era Karl que la buscaba por la cubierta de los botes. Hacía mucho tiempo que el clarín había lanzado la llamada al comedor, sin que ellos lo oyesen. El maestro Eichelberger, cansado de esperar, se había sentado a la mesa, enviando al niño en busca de su madre por todas las cubiertas. Mina huyó. «Hasta la noche... novio

Caminando de mañana al rumbo del E como cuatro leguas, llegamos á otro arroyo de bastante agua, y habiéndolo pasado, hallamos en su orilla un rastro de ganado de tres ó cuatro vacas y de una mula, como que arriaban dichas vacas: por cuyo motivo fué preciso hacer alto y despachar al hijo del cacique Lincon, con una partida al reconocimiento de dicho rastro, enviando al mismo tiempo otra partida de nuestra gente.

Comenzó otra vez el capitan Sepé á pedir licencia para pasar el rio, y solicitar la entrega de los caballos: mas los compañeros negaron el poder hacer esto, sin saberlo el gobernador del castillo. Habiendo sido consultado, se le rogó diese licencia, enviando un soldado que le diese parte: pero trajo la negativa.

Encubriendo siempre en los abismos oscuros del alma su terrible propósito de matar a Echeloría y de matarse él, Mutileder se ingenió de suerte que se ganó la voluntad de sus jefes inmediatos y hasta del General Benaya, tan ágil para cortar cabezas, según lo demostró a principios de aquel reinado, enviando al otro mundo, a fin de cimentar bien el trono, a Adonia, hermano mayor del rey, y a otros personajes.

Hasta el mismo Faraón, si tenía el antojo de hacer algún milagro valiéndose de las tales fórmulas, se exponía á que el cielo le castigase enviando á su reino las más espantosas plagas. Así, pues, los conjuros demóticos que en la colección se ven, deben de ser una divulgación sacrilega, plebeya é incompleta, de la alta y noble ciencia de los sacerdotes y príncipes.

17 Y enviando desde Mileto a Efeso, hizo llamar a los ancianos de la Iglesia. 18 Y cuando vinieron a él, les dijo: Vosotros sabéis cómo, desde el primer día que entré en Asia, he estado con vosotros por todo el tiempo,

Me reservo tratar, de las bellas artes, del comercio marítimo y de la pesca, al ocuparme de Ambéres y Ostende; pero haré notar desde ahora que la industria belga, no solo se manifiesta en el país con esplendor, sino que ejerce su benéfica influencia en otros países y aún continentes, enviando sus capitales, locomotivas y wagones, y sus inteligentes ingenieros y obreros, á extender las empresas de ferrocarriles que revolucionan el mundo.

Ferragut, luego de estrechar la gruesa mano de la doctora, se lanzó indiscretamente á pedir informes. ¿La señora es alemana? dijo á la joven en español. Los lentes de oro parecieron adivinar la pregunta, enviando un brillo inquieto á su acompañante. No dijo ésta . Mi amiga es rusa; mejor dicho, polaca. ¿Y usted, también es polaca? continuó el marino. No; yo soy italiana.

Lubimoff, antes de marcharse al frente, se había ocupado de la suerte de su «chambelán», asegurándole una pensión de diez mil francos al año y enviando además cierta cantidad para que comprase una casa. Ya que deseaba morir en Monte-Carlo, debía tener su pequeña Villa-Sirena. Al poco tiempo de jardinear en su propiedad, viendo abajo la plaza del Casino, Toledo fué en busca de Novoa.

Lo que me consuela es que el «Otro» está también muy alicaído, porque, amigo mío, cuando un Jehová tiene contra a un Lucifer, quítase este estorbo enviando contra el rebelde una legión de Arcángeles; mas cuando el enemigo es el hombre armado de una pluma de pato y un cuaderno de papel blanco, está perdido... En fin, son veinte millones de pesetas.

Palabra del Dia

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