United States or Svalbard and Jan Mayen ? Vote for the TOP Country of the Week !


Y mientras vosotros, seres de carne que necesitáis nutriros, engañáis vuestro estómago y el de vuestras mujeres e hijos con patatas y pan, abajo, las imágenes de palo se cubren de perlas y oro, con un lujo estúpido, sin que se os ocurra preguntar por qué el ídolo que no siente necesidades ha de ser rico, mientras vosotros no podéis satisfacer las vuestras viviendo en la miseria.

Porque ha ofendido á esa dama que me enamora. Me engañáis. No os engaño. ¿La ofensa de ese hombre á la dama?... Suponerla amante suya. ¿Y á vos qué os da? Es inútil que pretendáis disuadirme: estoy resuelto.

Os engañáis, mi buena duquesa dijo Felipe III abriendo la puerta secreta del dormitorio y asomando la cabeza ; vuestro amigo el duque de Lerma despacha solo en mi despacho, porque yo me he perdido. Y franqueando enteramente la puerta, adelantó en el dormitorio. La duquesa hubiera querido que en aquel punto se la hubiera tragado la tierra.

Os engañáis: él me ha obligado á traerle; si no le hubiera traído... es un niño muy adelantado á su edad. Lope de Vega escribió su primera comedia á los doce años; el príncipe don Felipe, ha tenido su primera querida á los siete.... Vió á doña Ana en un coliseo, y concibió por ella una verdadera pasión; pasión de niño, pero que tiene ya la impureza del hombre.

Porque me amáis, ¿no es verdad, y no comprendéis que se pueda amar tan pronto? Yo creo que tenéis más experiencia que yo. Os engañáis; no he amado hasta ahora, pero por lo que siento, no extraño que vos améis lo mismo que yo. Pero, ¿qué deseáis de ? ¿Qué deseo? Vuestro cuerpo y vuestra alma; vuestro recuerdo continuo... Quiero ser para vos el aire que respiréis. ¡Me estáis engañando! ¡Yo!

Os engañáis, hermano; aún no me duermo, ni llamo al amigo Juan para que me traiga el sueño... heme echado por descansar un poco, pero ya empiezan mis tareas cortesanas: el no dormir y el no parar. ¿Y vos habéis descansado? dijo Quevedo dirigiéndose á Montiño, y prescindiendo enteramente del bufón, que salió y se sentó en la sala frente á Dorotea, que se había puesto á estudiar su papel junto á una ventana.

Os pregunto que de dónde sois, porque me parecéis un tanto cortesano: me estáis enamorando á la ventura sin soltar prenda. Pues os engañáis, señora; no soy cortesano sino desde esta tarde. ¡Cómo! ¿no habéis venido hasta ahora á la corte? No; y sin embargo, aunque no llega á una hora el tiempo que hace que estoy en ella, me han sucedido tales aventuras... ¿Aventuras y en una hora?

A propósito de las piezas mayores de palacio, habéisme dicho que la primera es el rey. Os engañáis; pero como sois hombre de ingenio y de experiencia, quisiera saber el motivo de vuestro engaño. En esto debe de danzar la Dorotea... vuestra ahijada... ó vuestra hija, ó vuestra querida... Púsose pálido como un difunto el tío Manolillo. ¡Pobre Dorotea! exclamó el bufón.

Os engañáis; el rey tendrá ocasión de veros con mucha frecuencia. ¿Como esposo vuestro? Por eso no tiene el rey que veros. Pero como capitán de la guardia española. ¡Ah! ¡conque yo soy capitán! Tal vez después de saber quién sois, no queráis ser soldado: Por el contrario, señora, tengo obligación de servir al rey.

Y suponiendo que no os engañáis, ni que eres la reina de las reinas, por virtud, por discreción y por hermosura, ni el padre Aliaga, que es casi un santo, ¿qué queréis que haga?