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Actualizado: 28 de junio de 2025


Y aquí es peor, pues ni siquiera contestan no: ¿ha entrado usted? como si hubiera entrado un perro. ¿Va usted a ver un establecimiento público? Vea usted qué caras, qué voz, qué expresiones, qué respuestas, qué grosería. Sea usted Grande de España; lleve usted un cigarro encendido.

Se han callado muy bien, ó por mala fe ó por ignorancia, que en cualquiera de las naciones más cultas y urbanas de Europa, y sin tener Inquisición, se han cometido más crueldades, se han elevado más cadalsos, se han encendido más hogueras, y ha hecho más víctimas que en España la superstición religiosa.

¡! ¡! ¡canalla! ¡más que canalla! profirió la joven trocando el color blanco de su rostro por otro encendido como la grana. ¿Qué otro nombre mereces, charrán, indecente?... ¿Quién comete una acción tan baja como ésta sino ?... , canalla... Te llamo canalla porque lo eres.

Entonces el cuadro que se presentó a la vista de los que allí se encontraron, fue terrible: en un extremo de la estancia, la cuna de la niña cubierta de hollín: las cortinas se habían encendido, el fuego había invadido las ropas; la desgraciada criatura había muerto quemada, por un descuido de Graciana, que, atolondrada por la fuga, había dejado la bujía a poca distancia de la cuna.

Blanca era la que había encendido el gas; al hacerlo, dio vuelta y vio a su marido postrado en tierra y a su hija quemada viva en la cuna: retrocedió y dio un grito terrible: el pobre viejo se levantaba al mismo tiempo, y en la puerta que daba al vestíbulo exterior por donde Blanca había penetrado, sorprendía con la vista un hombre joven que había entrado con ella: fue lo primero que vio, quiso lanzarse sobre él, pero el grito de horror de Blanca lo detuvo, y entonces volvió los ojos sobre la cuna de su hija.

Físicamente era el señor de Maurescamp un grande y bello joven, de color un poco encendido y de una elegancia un poco pesada. Fuerte como un toro, parecía deseoso de aumentar indefinidamente sus fuerzas; por la mañana ejercitábase en el balancín, tiraba las armas, bañábase dos veces al día con agua helada, y desarrollaba orgulloso dentro de un ancho gabán su busto suizo.

Siguiendo la muralla en la parte mas alta del Tozal , se hallaba la puerta de Zaragoza, porque antes empezaba desde ella el camino que conducía a dicha ciudad: entre ambas puertas hay una pequeña planicie, en la cual el día 7 de Enero de 1486, tuvo lugar un auto de fe: fueron allí quemados por heréticos o judaizados, nueve vecinos de Teruel, siete hombres y dos mugeres: desplegose fúnebre e inusitada pompa para el cruento espectáculo: escoltados por mucha gente armada de a pie y de a caballo llevaron a los presos por la carretera de la cárcel, desde las casas llamadas del Arzobispo, hasta la plaza llamada del Mercado, en la cual habían erigidos dos cadalsos: subieron al uno el inquisidor y sus ministros con trages negros; ocuparon el otro las víctimas con sambenitos amarillos y mitras de color negro: después de una arenga que les dirigió el inquisidor, leyose a cada uno su proceso y deposición de testimonios, y luego llevados a la planicie mencionada, y en la era de Pero Pancha fueron quemados en las grandes hogueras que al efecto se habían encendido.

El nacimiento estaba encendido; pero a pesar de las luces, triste y despoblado. Parecía que los muñecos de barro habían huido al sentirle llegar: faltaban más de la mitad.

Nieves no mostró el menor deseo de conocer aquella razón, y así quedó el asunto. Un poquito más allá, preguntó a Leto: Y a las Escribanas, ¿las conoce usted? Con esta pregunta se quedó Leto bastante atarugado y algo encendido de mejillas: ¡le había dado tantas bromas el fiscal con la Escribana mayor! Pero se rehízo enseguida, y contestó a Nieves: Otras bachilleras por el estilo.

De esta suerte continuaron escoltándoles por las calles de la población, creciendo siempre su furor e indignación, hasta querer pasar a vías de hecho. Los presos caminaban con la cabeza baja y el rostro encendido. ¡Ah, hipócritas, comesantos! les decía uno . ¡Cuándo será el día en que os vea ahorcados!

Palabra del Dia

rigoleto

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