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Actualizado: 8 de junio de 2025


Su piel blanca, de una suavidad de flor, sus ojos húmedos y brillantes de animalillo dulce, su cuerpo esbelto y hasta la suavidad de sus manos, la separaban, como si fuese de una raza distinta, de aquellas compañeras negruzcas, seductoras por su juventud, enérgicas y guapotas, pero que parecían talladas a hachazos.

Fácil es comprender que á pesar de tan enérgicas medidas el mal no habria cesado; y asi era en efecto.

El Príncipe intenta justificarse, y acusa á su vez al infante Alejandro y al duque Federico, y demuestra, con las frases más enérgicas, el odio que les profesa. El Rey se enternece entonces, y estrecha al Príncipe en sus brazos, esperando mejorarlo con su dulzura.

Pero como se contestase a sus enérgicas protestas con risitas v sarcasmos, concluyó por adoptar una actitud digna v despreciativa, mascullando palabras cargadas de hiel, los labios trémulos, la mirada torva. De vez en cuando dejaba escapar por la nariz un leve bufido de indignación.

Eran las primeras hembras que encontraba semejantes á las de su país. Debían pertenecer á alguna familia importante de la capital; tal vez era la esposa de un alto personaje acompañada de sus tres hijas. Concentró su mirada en el grupo para examinarlas bien, y notó que las tres señoritas, todas de apuesta estatura, asomaban bajo los blancos velos unas caras de facciones correctas pero enérgicas.

Esa conducta de la Cámara badense dió lugar á un feliz cambio de política y sirvió de ejemplo saludable. Hoy el gran-ducado figura en primera línea entre los Estados liberales de Alemania, y en Wurtemberg y otros Estados se han comenzado á manifestar enérgicas tendencias en favor de la igualdad y libertad religiosa y la consiguiente emancipacion de los israelitas.

El color del gitano español, único tipo de esa raza que hasta ahora he visto, es semejante al de una pasta de café bruñida, por regla general, aunque algunos tienen una tinta mas oscura, Labios muy delgados, llenos de astucia y malicia, mirada rápida, movimientos fáciles, y en toda la persona un aire de tristeza profundamente concentrada; un no qué sombrío, algo que parece vacilar entre la indiferencia y el desden, el odio y el pesar: tales son sus rasgos. ¡Pobre raza, llena de cualidades enérgicas, que la Europa no ha pensado en educar y mejorar, sino en proscribir, condenándola á los vicios de la vida nómade! ¡Qué de misterios en esa extraña raza, perpetuándose sola al través de los siglos, como privada de la atmósfera común de la civilizacion, y sin patria ni hogar!

El ángel persigue al hombre con su espada de fuego, censura su pecado con frases enérgicas, y cierra las puertas del Edén. El desterrado se encuentra en medio de un horrible desierto; peñascos puntiagudos destrozan sus pies, abismos amenazan tragarlo, y lo atormentan temibles visiones. Parece que, al componer esta escena, tuvo presente el poeta el principio de la Divina Comedia del Dante.

Sólo, cuando el asaltado era un convento ó un español, entonces aparecían largos artículos dando pavorosos detalles y pidiendo el estado de sitio, enérgicas medidas, etc., etc. Así es que tampoco pudieron ocuparse de lo ocurrido en el pueblo de Tianì, ni hubo una alusion ni un rumor.

Era corpulento, rostro moreno y facciones bien acentuadas, enérgicas; el cabello y la barba, blanqueando ya por muchos puntos, fuertes, abundantes, encrespados; los ojos negros y hundidos de mirar imponente. En su fisonomía había una expresión de orgullo y fiereza que ni aun la sonrisa amistosa con que acogió al conde de Onís pudo extinguir por completo.

Palabra del Dia

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