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Actualizado: 7 de julio de 2025
Y puesto que Marta había emprendido una lucha legítima contra los ladrones y verdugos de su hija, ¿por qué retrocedería ante el papel que tenía que proseguir, cuando la libertad de su pobre Laura podía ser el precio de ese nuevo sacrificio? Catalina llegó pronto al llano en medio del cual se levantan las torres de Orsdael, y, desde la elevación en que se encontraba, miró hacia todos los lados.
Nos sobrecoge el frío, sea cual fuere el ardor de las pasiones que nos animan; nos sentimos inclinados a creer lo peor, nos pesa haber emprendido el viaje y quisiéramos retroceder. La impresión es tanto más penosa cuando ya no estamos solos y llegamos a un país menos conocido.
Aqui supo que el 5 de Agosto habia pasado Bolívar tomando por la derecha de la laguna de Junin, y retrocedió en el acto para estorbar que las fuerzas enemigas vinieran á situarse á su espalda. Al practicar este movimiento, y á los tres dias de haberlo emprendido, Canterac fué alcanzado por Bolívar y los realistas sufrieron una gran derrota en Junin ó Pampa de los Reyes.
Las cumbres, formidables en otro tiempo, son hoy atractivo de millares de trepadores que han emprendido la tarea de que no quede peñón ni campo de hielo virgen de paso humano. En nuestras comarcas occidentales de Europa, casi todas las cúspides han sido conquistadas sucesivamente: las de Asia, Africa y América lo serán con el tiempo.
Y Álvaro siempre había sido irresistible...». Orgaz hijo suspendió el baile, que había emprendido mientras hacía observaciones. En la sala vecina habían sonado unas pisadas que hacían temblar el pavimento. Ahí está el inglés dijo entre dientes el flamenco; y se puso un poco pálido. En efecto, era Ronzal.
El Faro de Sarrió, en su afán de morder a todos los socios del Camarote, a sus parientes y amigos, la había emprendido desde hacía tres o cuatro meses, con la esposa de Marín. Salieron a relucir todos los secretos domésticos; la vida del matrimonio, la dependencia y degradación de Marín fueron puestas en caricatura.
Cuando necesita un gran puerto para refugio de sus navíos, coge un promontorio de la orilla del mar y lo tira roca por roca al fondo del agua para convertirlo en rompe-olas. ¿Por qué, si se le antojara, no había de coger montañas grandes, para triturarlas y diseminar sus restos por el suelo de las llanuras? Y el caso es que ya se ha emprendido ese trabajo.
Los que habían emprendido el viaje para morir en un hospital, vegetar toda la vida como dependientes de corto sueldo o sentar plaza en el ejército de Cuba, ésos no eran tenidos en cuenta. Al hacer la estadística de los abandonados ante la veleta de San Juan, don Eugenio García, fundador de la tienda de Las Tres Rosas, figuraba en primera línea.
Duró esta terrible persecución más de tres años; mas nuestro Alberto, asistido siempre de Dios y del ángel de su guarda, que si no estaba á su lado en forma visible, á lo menos lo estaba con la invisible operación en su corazón, jamás se dió por vencido, ni omitió las acostumbradas obras de caridad, ni dió un paso atrás en el modo de vivir que había emprendido.
Todo lo conocemos. ¡Hemos sido felices en tantos lugares!... Pero dime cuándo vas a volver. ¡Dímelo cierto!... ¡no me engañes! El rostro de Fernando se crispó con una risa dolorosa. ¡Volver! Aún no había emprendido el viaje y al término de él le aguardaba lo desconocido, con sus aventuras y misterios. Volvería pronto; cuando más, tardaría un año. ¡Palabra!
Palabra del Dia
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