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Actualizado: 13 de mayo de 2025


Sin embargo, para que el lector lo sepa todo, diremos que dentro de tres días tenía que predicar el sermón de la elección; y como semejante acto formaba una época honrosa en la vida de un eclesiástico de la Nueva Inglaterra, el Sr. Dimmesdale no podía haber escogido una oportunidad más conveniente para terminar su carrera profesional.

«No era él un don Custodio, ignorante de lo que es el mundo, lleno de ensueños, ambicioso de cierto oropel eclesiástico, que tal vez se gana en el confesonario, para que le halagasen todavía revelaciones imprudentes, que sólo servían para inundarle el alma de hastío.

Y como en los países protestantes disminuyó primero el gobierno eclesiástico por la secesión con el papado y la supresión de los milagros, la confesión, la comunión, las indulgencias y el óbolo de San Pedro, fue en ellos donde primero se acrecentó por la fe en la ayuda propia que sustituyó a la fe en el auxilio milagroso de los santos, la capacidad del individuo y la correlativa prosperidad de las naciones.

¿Por ventura -dijo el eclesiástico- sois vos, hermano, aquel Sancho Panza que dicen, a quien vuestro amo tiene prometida una ínsula?

Construyó ciudades, introdujo el culto del Sol y nombró dos jefes a quienes confirió el poder eclesiástico y secular, retirándose luego, bajo el nombre de Idacanzas, al valle Santo de Iraca, cerca de Tunja, donde vivió en los ejercicios de la más austera penitencia, por espacio de 2000 años».

Con este intento se fueron acercando, y cuando estaban inmediatos, se les hicieron algunas proposiciones pacíficas por el teniente de cura de Nicasio, y el eclesiástico D. Manuel Salazar, quienes los persuadoan á que rendidas las armas, aprovechasen el indulto y perdon general, que á nombre de S.M. se habia publicado: pero ellos respondieron osadamente, por medio de un indio, que no lo necesitaban, ni menos reconocian ya por su Soberano al Rey de España, sino únicamente á su Inca, Tupac-Amaru, y desde luego empezaron á hacer algunos movimientos, y á las cuatro de la tarde se avanzaban con gran prisa para atacar.

A sus exequias asistieron el Cabildo eclesiástico y secular y todas las religiones que quisieron honrar, como ellos decían, el cadáver de un santo mártir, pues que las fatigas y trabajos sufridos por la gloria de Dios y bien de las almas le habían acabado. A 9 del mismo mes salimos de la Asunción para volver á los Guaranís, donde últimamente, á 4 de Febrero, dimos fin á tan larga navegación.

El eclesiástico, que oyó decir de gigantes, de follones y de encantos, cayó en la cuenta de que aquél debía de ser don Quijote de la Mancha, cuya historia leía el duque de ordinario, y él se lo había reprehendido muchas veces, diciéndole que era disparate leer tales disparates; y, enterándose ser verdad lo que sospechaba, con mucha cólera, hablando con el duque, le dijo: -Vuestra Excelencia, señor mío, tiene que dar cuenta a Nuestro Señor de lo que hace este buen hombre.

En aquel momento se encontraba en la cúspide de la altura á que los dones de la inteligencia, de la erudición, de la oratoria, y de un nombre de intachable pureza, podían elevar á un eclesiástico en los primeros tiempos de la Nueva Inglaterra, cuando ya una carrera de esa clase era en misma un alto pedestal.

Si Teobaldo, si nuestro amigo nos abandona, ¿no habrá ningún otro eclesiástico, algún indiferente que a precio de oro se preste a unirnos en secreto? »Carlos hizo un gesto de sorpresa.

Palabra del Dia

hociquea

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