Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 10 de mayo de 2025
34 Así que, no os acongojéis por lo de mañana; que el mañana traerá su congoja: basta al día su aflicción. 1 No juzguéis, para que no seáis juzgados. 2 Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados; y con la medida con que medís, os volverán a medir. 3 Y ¿por qué miras la mota que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu ojo? 5 ¡Hipócrita!
Ente ridículo, bailas sin alegría, tu movimiento turbulento es el movimiento de la llama, que sin gozar ella, quema. Cuando yo necesito de mujeres echo mano de mi salario, y las encuentro, fieles por más de un cuarto de hora; tú echas mano de tu corazón, o vas y lo arrojas a los pies de la primera que pasa, y no quieres que lo pise o lo lastime, y le entregas ese depósito sin conocerla.
Nos libra de una tutela enojosa, molestísima.» Esto es un decir, Urbano, un suponer... DON URBANO. ¿Te sientes mal? ¿Necesitas algo? CUESTA. No... Este maldito corazón no se lleva bien con la voluntad. DON URBANO. Descansa, hombre. Por qué no te echas un rato?... CUESTA. ¿Pero tú sabes lo que tengo que hacer? DON URBANO. Escríbelas aquí. CUESTA. Sí... Aquí me instalo.
Yo estoy lo mismo que si tuviera veinte años... Yo subo de cuatro en cuatro las escaleras, y no me fatigo... Yo bebo cinco botellas de pale-ale, y no me tambaleo... Yo derribo un toro de un puñetazo, y trinco al marinero más forzudo y le echo al agua... ¿A que no rompes tú cinco nueces con los cinco dedos de la mano, y eso que te las echas de tan bruto?...
Es el de Sobrado, parque Usté no dude, y Usté se iformará y veraque es verdá. Q. b. s. m. Un afetísimo amigo». La Comadreja cerró, dictó sobre y señas, puso lacre fino del que ella usaba para escribir a su capitán, pegó un sello, y dijo a la Tribuna: Ahora, de paso que vuelves a tu casa, la echas en el correo con disimulo.
TERPSY. ¿Yo...? ¡Yo no aprendí nada...! Entre La Tharillière y yo inventamos todo esto. Compramos cuatro grabados antiguos, y ¡cuánto nos divertimos confeccionando las danzas arcaicas...! ¡Pobre viejo...! GILBERTO. Entonces, ¿me echas...? TERPSY. ¡Quia...! Estoy encantada de tenerte y te guardo conmigo. ¡Te hago un contrato...!
He perdido la cuenta de los que han venido a cobrar piquillos de las tiendas, cantidades que no se han pagado ya por tu desarreglo... Porque la verdad, yo no sé dónde echas tú el dinero... Responde, mujer... defiéndete siquiera, que si a todo das la callada por respuesta, me parecerá que aún te digo poco».
Lo que me carga es que vaya ese don Ramoncito, que me tiene ya hasta aquí. Mira, mira, Leoncia: si lo echas, estaré cantando seguidillas cuatro días seguidos. ¡Ah! No me acordaba: ¿sabes que estamos arreglando una procesión en las Maravillas? Ya te proporcionaré un balcón para que la veas. Va á estar muy lucida, y salen más de veinticinco santos y todas las cofradías de Madrid.
¡Supongámoslo!... ¿y quién te ha dicho que los animales sufren en su condición de tales?... Tú echas todo a la broma y a la jarana, porque eres feliz. No, Ricardo, yo no soy feliz en el concepto en que tú y todos entienden la felicidad, porque la felicidad comprende un cúmulo de circunstancias que jamás se encuentran reunidas; lo que hay es que yo no quiero ser desgraciado y... ¡no lo soy!
29 Y he aquí clamaron, diciendo: ¿Qué tenemos contigo, Jesús, Hijo de Dios? ¿Has venido acá a molestarnos antes de tiempo? 30 Y estaba lejos de ellos un hato de muchos puercos paciendo. 31 Y los demonios le rogaron, diciendo: Si nos echas, permítenos ir a aquel hato de puercos. 32 Y les dijo: Id.
Palabra del Dia
Otros Mirando