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Actualizado: 26 de julio de 2025


En sus conversaciones con el coronel único compañero de esta vida solitaria había evitado toda alusión á lo ocurrido en el castillo de Lewis. Don Marcos, por su parte, se mostraba de una discreción absoluta, como si tuviese olvidado el duelo y el extraño final que le había dado el príncipe; pero éste adivinaba en su silencio muchas cosas molestas para él.

El no odiaba á nadie. Hasta tenía olvidadas sus incompatibilidades con Castro, que le habían hecho abandonar las abundancias de Villa-Sirena. Ese pobre teniente es menos feliz que usted, príncipe; el tal duelo ha tenido malas consecuencias para él.

Al otro ; Álvaro tenía que morir; pero frente a frente, en duelo, no de un tiro, no; con una espada lo mataría, aquello era más noble, más digno de él. Frígilis tenía que encargarse de todo. Pero ¿cuándo? ¿ahora? ¿en cuanto llegase? No... tampoco se atrevía a decírselo así, de repente.

De sobra sabía que el duelo es usanza bárbara; que Pepita no necesitaba de la sangre del conde para quedar limpia de todas las manchas de la calumnia, y hasta que el mismo conde, por mal criado y por bruto, y no porque lo creyese, ni quizás por un rencor desmedido, había dicho tanto denuesto.

Donde estaba un hombre, bien podía estar otro. Además, creyó perder algo de este espectáculo nuevo, del que esperaba grandes emociones, si retrocedía algunos pasos. Se dispuso Maltrana a dar principio al duelo, pero antes, como un actor que prepara la frase decisiva y mira al público, volvió los ojos en torno de él. Momento de emoción.

Como Elena no podía sospechar el cambio de ideas que se había realizado en Canterac después del duelo, ni tampoco la breve conversación de éste con Watson al marcharse, atribuía dicho trastorno en la actitud del joven á la influencia de Celinda. «Me lo ha tomado otra vez pensó . Esa muchachuela rústica me cierra el único camino que podía seguir. ¡Ay! ¡cómo la odio

Quiero matarle a usted. Ya se lo he dicho. E igual, porque yo no he de morir zin un poquito de buya. Pero voy a decirle a uté un sentimiento que tengo ayá dentro, y no lo eche uté a mala parte... Creo yo que todo ezo del duelo, y lo padrino, y la espada, y lo zable ez una guaza, ¿zabuté? Cuando un hombre le hace a otro mala zangre, para deshogarze no necesita tanto compá de espera.

Ojeda interrumpió estas lamentaciones. Quería saber el motivo del duelo y quiénes eran los combatientes. Se expresó Maltrana con triste dignidad. Había sido al final de la fiesta en su honor, cuando más contentos y fraternales se mostraban los amigos. Muchos se habían retirado a sus camarotes. Eran las tres de la madrugada.

Yo estoy loco, te lo concedo; pero lo estás más que yo, y por eso no te sigo. Miguel le miró fijamente, sin abandonar su silenciosa inmovilidad, esperando que continuase. ¡Un duelo en plena guerra! ¿Tiene eso sentido común?

canta el laude pascual; no más duelo, no más lágrimas, no más pesados dolores. Y dice la voz inaudible de los coros angélicos: «Paz en la tierra a los hombres de buena voluntadTodo es paz y todo es contento en el valle de lágrimas.

Palabra del Dia

godella

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