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Actualizado: 19 de junio de 2025


El viejo hablaba melancólicamente, como si viese ya la ruina del brazo con la muerte rondando en torno de él. Juanito se fastidiaba.... ¡Bah! Aprensiones de viejo. Los domingos, a las siete de la mañana, salía Juanito de su casa con el alegre desembarazo del colegial que en día de fiesta todo lo ve de color de rosa.

Saludáronse con frialdad de buen tono que mostraba al mismo tiempo confianza y Núñez siguió leyendo. ¡Cuidado que se pone cursi el paseo de la Castellana los domingos...! Es decir, se pone más porque lo está siempre.

Nunca siquiera nos acompaña a misa los domingos. ¡Qué raro! Ella dice, ahora, que para comunicarse con Dios no es necesario ir a persignarse en la iglesia delante de todo el mundo. ¿Y tuvo más festejantes? preguntó Adriana. , varios. Pero los despreció a todos. Cuando murió mamá, es claro, ella era la mayor y tomó el cuidado de la casa. Y oye...

Viérasla aquí, entre chotos y novillos, Arar, sembrar, coger..... ¡siempre á la espalda El cuévano cargado de chiquillos!..... Ó, bailando en los campos de esmeralda, Los domingos y fiestas, la hallarías, Con las trenzas más largas que la falda, Recios los huesos, las miradas frías, Y rebosando del corpiño el pecho, Rica promesa de robustas crías.

No veo la calle sino cuando voy á las Góngoras los domingos muy temprano; pero al verme fuera, me parece que estoy más sola que aquí. ¿Y él no tiene empeño en que usted se divierta, en que pase agradablemente la vida? dijo el militar casi asustado de su curiosidad y mirando de soslayo á Elías para ver si atendía á su conversación. ¿El?

No me vengas con monadas; en Madrid los domingos son domingos como aquí, y en toda tierra de garbanzos, y los domingos se hicieron para descansar y ponerse camisa limpia los cristianos... Conque arriba, que me voy a afeitar... A las ocho la misa...

No tardó, sin embargo, haciendo un esfuerzo poderoso de ingenio como el anterior, en hallar el camino de la selva donde le aguardaba su simpática vecina. El café que sirven los domingos es peor que el de los demás días. Y se ruborizó al expresar esta juiciosa opinión, lo mismo que si hubiera dicho postrado de hinojos: ¡Te adoro, ángel mío!

, , ciertamente, estaba seguro de que me daríais las gracias dijo el señor Macey , y soy de opinión que... A propósito, ¿tenéis ropa que vestir los domingos? No dijo Marner. Eso pensaba dijo el señor Macey . Ahora dejadme aconsejaros que os proporcione un traje. Tookey es un hombre diablo, pero se ha hecho cargo de mi sastrería, y lo he habilitado con algún dinero.

Los domingos, y también algunas tardes serenas y templadas entre semana, iba todo el colegio de paseo, alumnos y profesores: marchaban de dos en dos uniformados por las calles de Madrid, y salían a menudo por el Salón del Prado hacia Atocha o por la puerta de Toledo hacia San Isidro.

Además añadió la mujer, recelosa jamás nos la dejan ver sin testigos...; muchos domingos voy a misa a Rucanto por buscar ocasión de hablarla al salir, y siempre a su vera están la hija o la madre guardándola con codicia. Está bien que Carmen no vaya sola. Bien estará; pero esas mujeres no me van gustando.

Palabra del Dia

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