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No sólo realizó contratos con las fábricas de Béjar y Alcoy para dar mejor salida a los productos nacionales, sino que introdujo los famosos Sedanes para levitas, y las telas que tanto se usaron del 45 al 55, aquellos patencures, anascotes, cúbicas y chinchillas que ilustran la gloriosa historia de la sastrería moderna.

Se le presentaban estas ideas a medida que adelantaba por la calle de la Sastrería, calle torcida, mal empedrada, en cuyos adoquines tropezaba de vez en cuando, mientras la luz vaga de los faroles del alumbrado público, proyectándose un momento, arrojaba a las paredes blanqueadas de las casas su silueta furtiva, de líneas desfiguradas, fantasmagóricas, prolongadas por la funda del pañuelo.

Había muchos clérigos, y además gran cosecha de abates, gente toda que vestía con primor y coquetería. Los que á tal industria se dedicaban obtuvieron pingües ganancias, y esto fué causa de que se dedicaran á explotarla muchos menestrales de ambos sexos, educados al principio en la sastrería profana.

, , ciertamente, estaba seguro de que me daríais las gracias dijo el señor Macey , y soy de opinión que... A propósito, ¿tenéis ropa que vestir los domingos? No dijo Marner. Eso pensaba dijo el señor Macey . Ahora dejadme aconsejaros que os proporcione un traje. Tookey es un hombre diablo, pero se ha hecho cargo de mi sastrería, y lo he habilitado con algún dinero.

Un avisito... contándole lo que hizo contigo. No seas boba, anda, más merece. Pasaba esta conversación a la salida de la Fábrica; Ana llevó a Amparo a su casa, en la calle de la Sastrería.

Con gran parsimonia y lucimiento, fué recorriendo las calles de Sevilla la alegoría del Piadoso Eneas de las Españas, sin que nada se opusiera á su esplendor, siendo todo del particular agrado de Felipe V, cosa que colmó en extremo los deseos de los alfayates, los cuales, con el fin de que su acto quedase inmortalizado, mandaron escribir y publicaron un folleto describiendo toda la fiesta, folleto que fué impreso el mismo año de 1729 por la viuda de don Francisco Leefdael, y en el cual se leían estas palabras al frente del soneto dedicatorio: Al muy alto y muy poderoso monarca, árbitro de dos mundos, á Felipe V, el animoso rey de las Españas, el gremio de sastrería de Sevilla humilde saluda y reverente obsequia.

Josefina salió de la casa y corrió desalada por la calle de Santa Lucía, penetró en la travesía de Santa Bárbara, atravesó la plazuela del Obispo y, bajando por la calle de la Sastrería, salió por la puerta de San Joaquín a la carretera de Sarrió. Había cerrado ya la noche. Caía suavemente una lluvia menuda, pero espesísima, que en poco tiempo la caló hasta los huesos.

Soledad empezó á coser en una sastrería; pero su jornal era tan exiguo que apenas si con él podía comprarse un vestidito de percal y calzar pasablemente. Aquí era donde le dolía á la mocita. Las andaluzas sufren sin pena el ir vestidas con cualquier trapillo; pero viven infelices si no llevan una media bien limpia y un zapato fino y ajustado.

Fué un verdadero apuro para ellos. Raimundo no tenía frac, Aurelia no poseía tampoco un guardarropa muy provisto. Sin embargo, fueron. Un pariente prestó al joven su frac: Aurelia se puso los mejores trapitos del armario. Al día siguiente Raimundo se encargó un traje de etiqueta en la mejor sastrería de Madrid.

Coletilla había salido diciendo que no volvería hasta dentro de tres días, por tener que ocuparse fuera de cierto asunto; y ellas estaban comentando esta rara determinación, cuando aconteció un suceso que dió por resultado la expulsión definitiva de la huérfana. #El bonete del Nuncio.# La sastrería clerical fué industria muy socorrida y floreciente en el siglo pasado.