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Actualizado: 31 de mayo de 2025


Pero como el viajero no pareciese dispuesto a realizar sus esperanzas, se resolvió ella, pasado algún tiempo, a volver a la carga, exclamando: Bien, ¿y qué hago yo? Usted no me dice cómo voy a salir del paso. ¿Adónde iba usted, señora, con su marido? Ibamos a Francia... a las aguas de Vichy, que le habían recetado los médicos. ¿A Vichy directamente? ¿No pensaban ustedes detenerse en alguna parte?

Entráronla en su cuarto las otras dos, bastante alarmadas con tan repentina desazón; pero pronto volvieron más tranquilas, y se fueron al comedor á cenar un salpicón que habían dejado preparado. Reinaba en la casa profundo silencio. Lázaro subió la escalera interior para irse á su cuarto; y al subir no pudo menos de detenerse, porque sintió una voz que le hería el corazón.

Al entrar en el Casino una tarde, husmeó el acontecimiento extraordinario. Las gentes hablaban, se pedían noticias, corrían todas á una misma mesa. El amigo Lewis pasó junto á él sin detenerse. Tenía que ocurrir.... No sabe jugar.... Lo esperaba. Un poco más allá le salió al paso Spadoni. Nunca ha querido oirme... Hace su capricho... no sigue un sistema. Ya ha rodado al suelo.

Miguel, que caminaba silencioso, con el deseo de alejarse cuanto antes, buscando la soledad absoluta, tuvo que detenerse al ver que ella había hecho lo mismo. Se anticipaba á sus pensamientos: no quería ir más lejos. Necesito recompensarte murmuró . Te dije que al venir ganarías de todos modos, aunque yo perdiese. Toma... toma.

Preocupados solo de su salvación, el deán y Molina no se habían mirado en el camino, pero al detenerse cerca del Santo se contemplaron mutuamente exclamando de mala manera al mismo tiempo: ¿Usted por aquí? Encontrarse y comenzar a reñir, todo fue uno.

Pasará usted la vergüenza de ver que era vanidad muy grande creerse buena mucho antes de serlo, tomar por voces de Dios voces que la Santa llama del diablo... pero en estos pasajes no hay que detenerse.... No hay que comparar... hay que seguir leyendo... y cuando se haya vivido algún tiempo dentro de la disciplina sana... vuelta a leer, y cada vez el libro sabrá mejor, y dará más frutos.

Pero al llegar á la «torre» cuyo número guardaba en su memoria y detenerse unos segundos ante su arquitectura de castillete feudal, que hacía presentir un interior semejante á los salones de las cervecerías, vió que se abría la puerta, apareciendo en ella la misma mujer que le había hablado en la Rambla de las Flores. Entre usted, capitán.

Después supe que había tenido que hacer noche en una choza próxima al Magdalena, pues la oscuridad lo había obligado a detenerse. Entretanto, pasó el día, llegó la tarde y mi rubio tuerto, mi sabanero, portador de mi maleta más importante, no aparecía.

En tres días se puso en la Ranchería de su aficionadísimo Patozi, de quien fué recibido como si volviese de la otra vida; y siendo ya muy entradas las aguas que no le permitían detenerse, dió la vuelta á San Francisco Xavier, con no poco pesar y dolor de los paisanos á quienes dejaba.

No acababa el buen Lucas de echar los ojos por todas partes, donde veía nuevas delicias y bellezas; y hubiera querido detenerse algún tanto aquí ó pasar adelante, pero le atajó sus designios y embarazó su gusto un escuadrón de espirítus bienaventurados; y el más autorizado entre ellos que en el aire del semblante, en la majestad de sus pasos y en la cruz resplandeciente que traía, creyó era príncipe de la milicia celestial; el cual, volviéndose á mirar á Lucas, le dijo con palabras algo severas: ¿Y ? ¿Cómo estás aquí? ¿Te has confesado?

Palabra del Dia

rigoleto

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