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Actualizado: 8 de junio de 2025


Algunos días trabajaba poco, y más de una vez ocurrió que se retrasaran y embrollaran los dibujos A o B por las distracciones y torpezas del maestro, cosa totalmente desusada en hombre tan metódico para el trabajo. Otro suceso digno de llamar la atención ocurrió por aquellos días.

Hoy... ayer... siempre, á cada momento, leemos en la Prensa diaria noticias parecidas: «Anoche, el inspector señor Z. detuvo en su domicilio á X., reclamado por este Juzgado, por delito de falsificación...» Efectivamente, son incontables las veces que en el gran teatro amargo de la realidad se ha representado «La casa de la dicha». De aquí su fuerza, su terrible fuerza de lance humano y vivido; vigor que no proviene de la originalidad de los caracteres, ni de la novedad desusada del argumento, ni de las brillanteces artificiosas del estilo, sino del hecho mismo; porque en el teatro, donde un ademán, ó una inflexión de voz, ó un timbre que suena, pueden tener más elocuencia que una frase, la retórica es lo de menos.

Creo que esas cosas se arreglan de un modo amistoso y que estás hecha de un modo que hará fáciles los arreglos. ¡Amor propio de autor! pensé tristemente. Ahora dijo mi padre, trabajemos una hora más y te dejaré en libertad. Estaba yo distraída, mi pensamiento divagaba y tenía gana de llorar. Mi padre echó de ver esta languidez desusada, y me despidió.

Salieron luego sucesivamente algunas beatas de Peñascosa que declararon en términos vagos que habían observado cierta intimidad desusada entre Obdulia y su confesor, aunque nunca habían pensado mal de ella. También depuso el P. Narciso. Fue una declaración modelo de hipocresía y maldad.

Bien se conocía en ella á la mujer que sabe vestirse, aunque iba en aquella ocasión hecha un pingo, casi indecente, con falda remendada, mantón de ala de mosca y unas botas.... ¡Dios, qué botas, y cómo desfiguraban aquel pie tan bonito. ¡Isidora!... exclamó D. Francisco, poniendo cara de regocijo, cosa en él muy desusada. ¿A dónde va usted con ese ajetreado cuerpo? Iba a su casa. Sr.

Está encantadora, mientras que yo tengo la sensación de estar estúpida como una docena de gansos reunidos... La de Ribert me mira con reproche, la abuela con ansiedad, y las dos están casi duras con Francisca, y cortan intencionadamente sus frases más brillantes... Por fortuna para mi amiga, su humor parece estar en buen tiempo fijo y me quedo asombrada de su dulzura desusada. ¡Pobre Francisca!

Sentí que la furia me cegaba; pero, como al fin y a la postre ninguna culpa tenía ella de este último incidente, únicamente achacable al viento inoportuno, cerré también mi ventana con dignidad, y me puse a discurrir, buscando el medio de vencer aquella, resistencia desusada en la honorable corporación de las grisetas.

Por todos estos caprichos pasaba el otro, con tal de ver a Enriqueta sonriente. Estas continuas confidencias hacían penetrar lentamente a Luis en la vida de su mujer; seguía de lejos el curso de su enfermedad y no pasaba día sin que mentalmente se rozase con aquel ser, del que se había apartado para siempre. Una tarde se presentó el cura con desusada energía.

Luego, el buque avanzó por el canal con una rapidez desusada en estos parajes. La gente, asomada á las bordas, comentaba los extraordinarios encuentros en este bulevar marítimo, frecuentado ordinariamente por buques de paz. Unos humos en el horizonte eran los de la escuadra francesa llevando al presidente Poincaré, que volvía de Rusia. La alarma europea había interrumpido su viaje.

Ballester fue temprano, y a ella le faltó tiempo para hablarle de la visita de Maxi y de la historia que este le había llevado. Mucho se incomodó el regente al enterarse de esto, y con desusada seriedad y calor hubo de negar lo que su amigo contara de la Samaniega. «Mire, compañero dijo ella , mientras más se amontone usted para negarlo, más creo yo en ello.

Palabra del Dia

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