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Actualizado: 20 de mayo de 2025


Este mundo incierto, mentiroso, no es para . Telón corto. Sala locutorio en San José de la Penitencia. Puertas laterales, al fondo un ventanal, de donde se ve el patio. DOROTEA. Ha llegado hace un rato: en el despacho con la Superiora y la Hermana Contadora. EVARISTA. Allí le encontrará Urbano. Mientras ellos hablan allá, cuénteme usted, Hermana Dorotea, lo que hace, piensa y dice la niña.

Está delicado: no gusta de recibir visitas. ¡Bah! Los médicos entramos donde hay enfermos... Y sin esperar el permiso de la señora, púsose de pie y se dirigió á la puerta que comunicaba el salón con el despacho del millonario. Al levantarse el tapiz, Sánchez Morueta dió un grito de alegría, reconociendo á su primo. ¡Luis! ¡Luisito!... Y le tendió las manos sin abandonar el sillón.

A eso de las tres, marido y mujer estaban solos en el despacho, él en el sillón leyendo periódicos, ella arreglando la habitación que estaba algo desordenada. Barbarita había salido a comprar. El criado anunció a un hombre que quería hablar con el señor joven.

Reprodúzcole aquí la invitación; y puesto que no la desaira, vamos adentro con todas las cortesías y comedimientos del caso. Hela aquí, bien iluminada por la luz directa de la calle, aunque templada por la interposición de vidrieras y cortinajes entreabiertos, en el instante de atravesar el saloncillo que separa su gabinete de la elegante pieza que le sirve de despacho.

Así pagaba Pepe su deuda de gratitud para con aquella gente; mas su principal se portó también como bueno. eres ya de la casa: le dijo un día busca otro dependiente para el despacho. Y vamos a ver, ¿quieres seguir oficio? Dilo como si fueses mi hijo.

El Nacional iba enumerando las ventas de los días anteriores: tanto de copas, tanto de vino de la tierra servido a las casas; y la vieja le escuchaba con la atención de una mujer que ha sufrido miserias y sabe el valor del dinero contado a céntimos. Sebastián hablaba después del aumento de sus negocios. Un despacho de tabaco en la misma taberna le iría como de perlas.

Era el despacho típico de los abogados de provincia. Dos piezas.

Apenas el duque se volvió de haber acompañado á la duquesa hasta las escaleras, cuando un criado le dijo: Señor, Francisco Martínez Montiño, cocinero mayor de su majestad, solicita hablar á vuecencia. Lerma mandó que le introdujesen, y le recibió en su despacho. Volvemos á tener en escena al mísero cocinero mayor.

Y diciendo esto había desatado el papel de la china en que venía liado con un hilo, y se diría que quería comérsele á besos. Ven á leer esa carta dijo el Comendador, donde haya luz y donde no vengan á interrumpirnos. En el despacho no hay nadie y ahora acaban de encender el velón. Ven, que es ya de noche y aquí no verás.

Al gabinete de la derecha, donde estaba el despacho de Thiers y la alcoba conyugal, se le llamaba Gasparini, sin duda por ser lo más bonito de la casa. El otro gabinete fue bautizado con el nombre de la Saleta.

Palabra del Dia

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