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Actualizado: 10 de junio de 2025


Desde el tercer día este hundimiento no la abandonó más. Apenas podía mover la cabeza. No quiso que le tocaran la cama, ni aún que le arreglaran el almohadón. Sus terrores crepusculares avanzaron en forma de monstruos que se arrastraban hasta la cama y trepaban dificultosamente por la colcha. Perdió, luego, el conocimiento. Los dos días finales deliró sin cesar a media voz.

¡Madre, madre, V. delira! exclamó Clara. No, no deliro respondió Doña Blanca. Y , necio añadió dirigiéndose al fraile, ¿eres ciego? ¿no la ves? y señalaba con el dedo á su hija. ¡Cómo se le parece! ¡Dios mío! ¡Cómo se le parece! Es un retrato suyo. ¡Apártate de mi vista, vivo testimonio de mi vergüenza!

Yo también veo lo infinito, yo también deliro, yo también sueño, yo también soy generosa, yo también quisiera tener un caudal de felicidad tan grande, que pudiera dar a todos y quedarme siempre muy rica... Mi ideal es ser rica, querer a uno solo y recrearme yo misma en la firmeza que le tenga. Mi ideal es que ese sea mi esposo, porque ninguna felicidad comprendo sin honradez.

Tal vez renuncie y me vaya lejos... al Egipto, a la India, a cualquier parte donde pueda arrancarme del todo la personalidad que tengo, y dejarla aquí, como un estropajo... No, no deliro... Es una forma de decir para explicarte... Pero cuenta primero qué has hecho , en estos cuatro años. Has estado en Europa, ya lo .

Pero la mente divina quiso formar la transición del hombre al bruto, y fabricó a Botín. Entre la palabra y el rebuzno, ¿qué hay? Un discurso de Botín. JOAQUÍN. ¡Bravísimo!... Vamos, cuando me comparo con él... Permíteme que me alabe en presencia de ese bárbaro egoísta. Yo vivo de lo ideal, yo sueño, yo deliro y acato la belleza pura, yo tengo arrobos platónicos.

Deliró. «Soñaba que él era de cal y canto y que tenía una brecha en el vientre y por allí entraban y salían gatos y perros, y alguno que otro diablejo con rabo».

En esto cabe error: por ejemplo, si duermo, si deliro; si en vez de tenerlas delante, las tengo á la espalda, y me hace ilusion un espejo que me las refleja; si no hay mas que un papel colocado detras de un vidrio cuya construccion es á propósito para que reciba mi retina la misma impresion que con la presencia del objeto; ó si no habiendo ninguna de dichas ilusiones, un pintor hábil ha dado al lienzo la misma apariencia que si fueran de relieve; ó siendo la una de perspectiva, no lo es la otra.

Batistet, en tanto, con una prudencia precoz, cogía la escopeta y á la luz del candil la secaba, limpiando sus cañones, esforzándose en borrar de ella toda señal de uso reciente, por lo que pudiera ocurrir. La noche fué mala para toda la familia. Batiste deliró en el camón del estudi.

No si del ruido de la batalla, ó del vapor que arrojó de la tierra, empapada en la sangre de los contrarios, me han dado unos vaguidos de cabeza, que verdaderamente me tienen como tonto, y no acierto á escribir cosa que sea de gusto, ni de provecho: asi, si vm. viere por allá que algunos poetas, aunque sean de los mas famosos, escriben y componen impertinencias y cosas de poco fruto, no los culpe, ni los tenga en menos, sino que disimule con ellos; que pues yo que soy el padre y el inventor de la poesia, deliro y parezco mentecato, no es mucho que lo parezcan ellos.

Palabra del Dia

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