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Actualizado: 25 de julio de 2025


No vengo a hacerte daño, sino a anunciarte la buena nueva de la lección, porque estas pedradas que vienen de arriba sanan, curan y fortalecen». Pero este hombre se decía Fortunata , ¿está cuerdo o está más loco que antes? Buena jaqueca me está dando; pero como no pase de ahí, se le puede aguantar.

-El daño está, señor caballero, en que no tengo aquí dineros: véngase Andrés conmigo a mi casa, que yo se los pagaré un real sobre otro. ¿Irme yo con él? -dijo el muchacho-. Mas, ¡mal año! No, señor, ni por pienso; porque, en viéndose solo, me desuelle como a un San Bartolomé.

Este hombre, que apellidaba Babilonia el envidioso, quiso dar al traste con Zadig, porque le llamaban el dichoso. Cien veces al dia, dice Zoroastro, se halla ocasion para hacer daño, y para hacer bien apénas una vez al año. Fuése el envidioso á casa de Zadig, el qual se estaba paseando por sus jardines con dos amigos, y una señora á quien decia algunas flores, sin otro ánimo que decirlas.

Y no fue así, porque a poco más de tres estados dio fondo el rucio, y él se halló encima dél, sin haber recebido lisión ni daño alguno.

Ahora con mediana prudencia se conocerá qué daño se puede hacer á este ó al otro príncipe, cuando su interés propio les mueve á esto, á donde como á su último fin enderezan todas sus acciones.

Si, por una gran casualidad, el sentenciado vive todavía, la fuerza pública, en vez de darle solemnemente todo género de excusas, en vez de reparar el daño moral y material que ha sufrido aquel hombre, confiándole un puesto honroso y lucrativo, le declara á regañadientes que está libre y le pone en la calle diciéndole, poco más ó menos: "Anda, buen mozo, y que no te dejes pescar otra vez..." ¡Oh, justicia! ¡Hermosa justicia! ¡Bien pagada, muy condecorada y grandemente honrada justicia! ¡Yo te admiro!

Viéndole de tal modo, con la desesperación impresa en el semblante, Clementina dejó al cabo de hablarle en aquel tono. Movida de piedad comenzó de nuevo a besarle cariñosamente. Pero él rechazó sus caricias; la apartó con suavidad diciendo: ¡Déjame! ¡déjame!... Así me haces más daño. Dos lágrimas asomaron a sus pupilas y estuvieron largo rato allí detenidas.

Este, por no ofender a su hermana a quien por razón de intereses estaba obligado a guardar consideraciones, se lo había otorgado, aunque con gran dolor de su corazón. Me parece que le ha hecho daño el sol y la comida.... Bueno, una indigestión.... Eso pasará pronto. Yo creo que debías ir allá, Julián , manifestó Mariana. Si hubiese necesidad, claro que iría.

Tratamos mal al compañero Poeta, y yo, diciéndole que mirase de la que nos habíamos escapado, y escarmentase, díxome que no era suyo nada de la Comedia, sino que de un paso de uno y otro de otro había hecho la capa de pobre de remiendo, y que el daño no había estado sino en lo mal zurcido.

Se presentó un día a la señora, y con la disculpa de que la plancha le hacía daño pidió la cuenta. No se le ocultó a Amalia la verdadera razón, pues tenía conocimiento de sus murmuraciones. Disimuló, sin embargo. , hija, comprendo que el planchado te aburra. no gozas de mucha salud. También yo ando malucha hace días.

Palabra del Dia

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