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Actualizado: 18 de mayo de 2025


Los habitantes de la costa valenciana iban con los moros andaluces, en el siglo VIII, á llevar la guerra al fondo del Mediterráneo, y se apoderaban de la isla de Creta, dándole el nombre de Candía. Desde este nido de piratas eran el terror de Bizancio, tomando por asalto á Salónica y vendiendo como esclavos á los patricios y las damas más principales del Imperio.

De esta suerte, en soliloquios románticos, acerbos y dignos de Hamlet, siempre que estaba sin Chemed; y en coloquios amenos, en pláticas tiernas, y en juegos y risas, cuando Chemed aparecía, vivió Mutileder; y así se pasó el tiempo, caminó la nave, se detuvo en varios puntos de África y en algunas islas del archipiélago de Grecia, y llegó al fin a Tiro, capital entonces de Fenicia desde la ruina de Sidon, cuando los filisteos, rubios descendientes de Jafet, vinieron de Creta por mar, mientras que del lado del desierto de Arabia entraban los israelitas en la tierra de Canaan y lo llevaban todo a sangre y fuego.

4 a Tito, verdadero hijo en la común fe: Gracia, misericordia, y paz del Dios Padre, y del Señor Jesús, el Cristo, salvador nuestro. 5 Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo que falta, y pusieses ancianos por las villas, así como yo te mandé; 6 el que fuere irreprensible, marido de una mujer, que tenga hijos fieles que no pueden ser acusados de disolución, ni contumaces.

París está edificado con infusorios; una parte de Alemania, descansa sobre un mar de coral, hoy día amortajado. Infusorios, corales, testáceos, todo es cal, creta, pues, sin cesar, la extraen del mar. Mas, los peces que devoran el coral, lo expelen en forma de creta, restituyendo ésta á las aguas de donde ha salido el mar.

Pero Agatocles se hartó de sufrirlos, embarcó 5.000 soldados en unas cuantas naves, cruzó el mar con ellos burlando la vigilancia de la poderosa escuadra enemiga, y desembarcó en el territorio de la gran República: para verse obligado á vencer ó á morir, destruyó los barcos en que había venido, como hicieron más tarde el renegado cordobés Abu Hafaz en Creta, los catalanes en Galípoli y Hernán Cortés en México; entró á saco en muchas ciudades púnicas, y aun estuvo á punto de apoderarse de la capital. ¿Por qué no habíamos de haber nosotros declarado la guerra á los yankees, pasado en un periquete con más de 100.000 combatientes desde Cuba á la tierra de ellos y quizás llegado hasta el Capitolio de Washington, arrojando de allí á culatazos á los senadores y yendo luego, por la avenida de Pensylvania, hasta donde está el Palacio del Tesoro todo lleno de dinero y apuntalado para que no se hunda, aliviarle de aquel peso, y plantarnos por último en la Casa Blanca, que está á tres pasos de allí, y hacer á Cleveland cautivo?

Formábanlo dos anchos murallones de cartón, forrados en piel de becerro jaspeado, y en la fachada, que era también de cuero, se veía un ancho cartel con doradas letras, que decían al mundo y á la posteridad el nombre y significación de aquel gran monumento. Por dentro era un laberinto tan maravilloso, que ni el mismo de Creta se le igualara.

1 Los sucesos de Orán por el marqués Ardoles, de D. Luis Vélez de Guevara. 2 Los bandos de Rávena é institución de la Camándula, de D. Juan de Matos Fragoso. 3 La cortesana en la sierra, de tres ingenios de esta corte. 4 Reinar es la mayor suerte, de un ingenio de esta corte. 5 El laberinto de Creta, de D. Juan Bautista Diamante. 6 La ocasión hace al ladrón, de D. Juan de Matos Fragoso.

12 Y no habiendo puerto cómodo para invernar, muchos acordaron pasar aun de allí, por si pudiesen arribar a Fenice e invernar allí, que es un puerto de Creta, al Africa y al poniente. 14 Pero no mucho después dio en ella un viento repentino, que se llama Euroaquilo. 16 Y llevados de la corriente hacia una pequeña isla que se llama Clauda, apenas pudimos ganar el esquife;

Agradábanle, por tanto, más que ningunas otras, las comedias que se prestaban á hacer alarde de notable aparato escénico, y no faltaron poetas, que las compusiesen acomodadas á su objeto. Accediendo á los deseos del rey, escribió también Lope algunas de esta especie, como La selva sin amor, El vellocino de oro, Adonis y Venus y El laberinto de Creta.

Los buzos que estudian el fondo del mar nos dicen que en vastos espacios, grandes como provincias, los despojos arrancados por los instrumentos se componen siempre de un cieno uniforme con diversas mezclas de arcilla ó de arena, según los parajes. También han comprobado que en otros sitios del mar la roca formada en el fondo del lecho marítimo es creta pura.

Palabra del Dia

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