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Actualizado: 2 de junio de 2025


Apesar de esto, no despertó rencores, ni antipatías; había en su rostro expresivo cierta nobleza que atraía generalmente, y en sus travesuras nunca dejaba de hallarse alguna gracia: así que, los profesores, aunque le castigasen con dureza, no dejaban muchas veces de reírse y de celebrar al hallarse reunidos «la buena sombra de aquel muchachoEl único que le odió cordialmente desde su entrada, fue el famoso Pppsicología, el eterno y asendereado opositor.

Amalia la recibió cordialmente, pero mostrando cierta sorpresa e inquietud que Micaela no observó. Entraron en materia enseguida. La cuestión de trapos embargó por completo sus espíritus. Amalia llevó a su amiguita hacia el balcón. Pero no habían hablado muchas palabras, cuando ésta creyó percibir un débil gemido en la misma estancia.

Por mucho que me parecieran disparatadas las razones de mi amigo, todavía lo vi tan cordialmente afligido y con abatimiento tal, que tuve a mejor partido el consolarle con otros discursos no de más compás que los suyos, y procuré que durmiendo recogiese con el sosiego algún poco de más de seso.

Pero, en fin, así como aquellos cristianos, partiendo de la idea de Dios, llegaron a la de república, bien puede usted tomar el viaje de vuelta, y, partiendo de la idea de república, llegar a la de Dios. Para ese viaje no necesito alforjas concluyó don Celedonio; y don Guillén le rió cordialmente la gracia.

Si así no fuere, todavía me consuela la idea de que alguno habrá que al leer estos pobres renglones aprobará su espíritu y me otorgará su simpatía. A ese lector benévolo, después de saludarle cordialmente, le diré como el sabio Yâjñavalkya á Artabhâga, en el Brâhmana de los cien senderos: «Dame tu mano, amigo; este conocimiento no está hecho más que para nosotros dos». El viajero.

Jacobo apretó cordialmente entre las suyas la mano que la dama le tendía, y le contestó con no menor cariño y agasajo: ¡Ya lo creo que me acuerdo!... Los encuentros contigo no se olvidan fácilmente... Pero que te has plantado en los veinticinco años: siempre tan... ¡Jacobo, por Dios!... Que abofeteas a la verdad por decir una galantería. ¿No me ves la cabeza?... ¡Blanca!

Disipábase gradualmente su amargo desaliento y su alma revivía y se reconciliaba cordialmente con la existencia y con los hombres. Una tarde, apoyado en el ángulo del convento que hacía frente al mar, observaba el grandioso espectáculo de uno de los temporales que suelen inaugurar el invierno. Una triple capa de nubes pasaba por cima de él, rápidamente impelida por el vendaval.

Silas le dijo hasta la vista a Dolly, y le dio las gracias cordialmente abriendo la puerta. Sin embargo, a pesar suyo se sintió aliviado cuando ella se hubo marchado, satisfecho de poder volver a tejer y gemir a su gusto.

Doña Flora y Doña Francisca se aborrecían cordialmente, como comprenderá quien considere el exaltado militarismo de la una y el pacífico apocamiento de la otra. Por esto, hablando con su primo en el día de nuestra llegada, le decía la vieja: «Si hubieras hecho caso siempre de tu mujer, todavía serías guardia marina. ¡Qué carácter!

Velázquez fué saludando á sus amigos cordialmente y les invitó á sentarse. Estaba tranquilo y á las frases de sentimiento que dejaban escapar todos al darle la mano respondía con afectada alegría. Dejad que me un poco el fresco, hijos. Este Cádiz se me venía ya encima... Veréis cómo hago una gran fortuna por allá.

Palabra del Dia

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