Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 2 de junio de 2025
Para llevar á cabo este proyecto, fijó su residencia en la ciudad puritana, bajo el nombre supuesto de Rogerio Chillingworth, sin otra recomendación que sus conocimientos científicos y su inteligencia, de que poseía una suma no común. Como los estudios que hizo en otros tiempos le habían familiarizado con la ciencia médica del día, se presentó como físico, y como tal fué cordialmente recibido.
Odiaba cordialmente a las personas de las cuales me servía, sin embargo, para llegar hasta cuando la prudencia u otros motivos me alejaban de su casa. Pensaba, no sin fundamento, que eran tan enemigos suyos como míos.
Que te echó una reprimenda ... Yo en su lugar.... Nada de eso; que me rogó que entrase, se explicó muy cordialmente conmigo, me acogió con gran benevolencia ... y después.... ¿Y después? repitió Fortunato estremeciéndose. Y después, me hizo quedarme á comer. ¿Has comido en su casa? Antes de ayer.
Alza esos huesos y disponte á celebrar á San Juan como es debido. Estas últimas palabras me hicieron recordar que era el día de mi tío, y que por ello había llegado yo la víspera á su casa. Felicitéle cordialmente, y no pude menos de admirar aquella humanidad robusta y, á pesar de los sesenta años que contaba de fecha, fresca y rebosando en vida.
Allí llegaban y eran cordialmente recibidos no solo los sudamericanos que deseaban un consejero honrado para orientarse en los caminos de la vida americana, sino todos los cubanos interesados en la política de su país. Allí conoció a Estrada Palma, que a la sazón ganaba su vida manteniendo un pensionado de enseñanza en el estado de Nueva Jersey, y a muchos otros después actuaron en la revolución.
Don Oscar, figurándose que tal calor dependía del mal estado en que me hallaba, dirigiome una mirada de compasión, que me avergonzó. Nos despedimos cordialmente. Al trasponer la puerta volvió a llamar con recia voz a D.ª Tula, que se presentó con la misma sonrisa dulzona, y me extendió la mano, dejándola suelta para que yo la estrechase.
La primera vez que recorrí esos jardines espléndidos, iba de bracero con un marques republicano, Orense, que no pensaba sino en la democracia, y le daba mas energía al contraste mi situacion. Allí, á la sombra de las alamedas y ante las imágenes de los monarcas, dos hombres enteramente distintos fraternizaban cordialmente.
Palabra del Dia
Otros Mirando